«Está claro que ha habido retrasos y vacilaciones en China y en la OMS, algunos de los cuales se deben a la lentitud de los procedimientos burocráticos del llamado Reglamento Sanitario Internacional», asegura Michel Kazatchkine, miembro del Grupo Independiente de Preparación y Respuesta ante una Pandemia (IPPPR).
Ellen Johnson Sirleaf, expresidenta de Liberia y miembro del panel, cree que «esto es una consecuencia directa de que la OMS no tenga suficientes poderes ni fondos por parte de los estados miembros. Proponemos que se garantice la independencia financiera y política de la OMS, que la mayoría de los fondos pasen a ayudar a las contribuciones, que se eliminen las asignaciones y que se limite a los funcionarios de mayor rango, como el director general, a un solo mandato.»
Los expertos también recomiendan que los países de renta alta proporcionen 1.000 millones de dosis de vacunas antes del 1 de septiembre a la iniciativa COVAX respaldada por la ONU para los países de renta media y baja cuando el mundo ha superado ya los tres millones doscientos cincuenta mil muertos a causa de la COVID-19.