Éxodo sin precedentes de venezolanos profundiza problemas sociales en América - 800Noticias
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EFE

La crisis en Venezuela que ha derivado en un éxodo masivo de cientos de venezolanos plantea problemas de seguridad y salud para varios países como Colombia, Brasil y Panamá, donde ha llegado el mayor número de ciudadanos de esa nación caribeña.

Según cifras de la ONU, en los últimos dos años unos 1,6 millones de venezolanos han abandonado su país frente a los 700.000 que lo habían hecho en 2015, y se espera que esa cifra aumente a medida que se acercan las elecciones de este domingo en las que el presidente Nicolás Maduro busca la reelección.

Entidades internacionales calculan el 29 % de las familias venezolanas tienen un miembro en otro país y se espera que en los próximos años aumente entre los más jóvenes esta opción.

La mayoría de los inmigrantes está en situación irregular, por lo que no pueden acceder a un empleo, a servicios de salud o estudio; circunstancia, que según autoridades de varios países, ha incidido también en el incremento de casos de hurto, trata de personas, incluso, en el sentimiento generalizado de xenofobia.

Colombia, uno de los más afectados por ese éxodo, implementó la Tarjeta de Movilidad Fronteriza, que les permite a los venezolanos pasar a territorio colombiano sin necesidad de pasaporte. Se calcula que en el país viven unos 700.000 venezolanos.

La región limítrofe, que alberga algunas de las áreas más pobres de Colombia, está sufriendo la mayor presión de la migración de venezolanos, ya que 35.000 personas cruzan la frontera cada día para abastecerse de alimentos y productos de primera necesidad, lo que ha generado inflación, escasez y desempleo.

En Brasil cerca de 50.000 venezolanos han cruzado la frontera desde inicios del año pasado, muchos de los cuales se han establecido en Boa Vista, capital del estado de Roraima, uno de los más pobres del país.

El Gobierno decretó la «situación de vulnerabilidad» en Roraima, debido al asentamiento de 6.000 venezolanos, impulsó, con carácter de urgencia, una serie de medidas de asistencia humanitaria para los inmigrantes y ha trasladado a otras ciudades a varias familias venezolanas para rehacer su vida.

Venezuela lleva cuatro años consecutivos en la lista de diez países que más refugiados emiten hacia Estados Unidos, donde han llegado a 63.765 refugiados venezolanos, de los cuales 15.802 corresponden a 1 de octubre de 2017 a la actualidad.

El Gobierno de EE.UU. ha concedido 21 millones de dólares a Colombia para apoyar a los venezolanos y otros 16 millones de dólares de ayuda humanitaria, canalizados a través de agencias de la ONU.

Un plan de acción de la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) abarca a 17 países de Latinoamérica con una financiación de 32,2 millones de dólares y detalla el apoyo a los Gobiernos que acogen venezolanos.

Según cifras oficiales, en República Dominicana la inmigración venezolana se incrementó de 3.434 personas en 2012 a 25.872 en 2017, un crecimiento de 653 %.

En 2017 arribaron a Chile casi 165.000 venezolanos, prácticamente el doble que un año antes. A raíz de este aumento de la inmigración, el Gobierno puso en marcha un proceso de regularización para extranjeros, en el que se han presentado 14.000 venezolanos.

Además, el Gobierno implementó para los venezolanos una «visa de responsabilidad democrática».

Las autoridades peruanas señalan que 237.000 ciudadanos venezolanos han ingresado en los últimos 6 meses, y alrededor de otros 43.000 ya se encuentran en el país con un Permiso Temporal de Permanencia (PTP), con el que pueden acceder a un trabajo y a servicios de salud y educación.

A diferencia de la política de «puertas abiertas» de la mayoría de países de la región, Guatemala, Panamá, Honduras y Nicaragua exigen visa a los venezolanos que ingresan a sus territorios.

En Panamá hasta agosto de 2017 habían llegado más de 60.000 venezolanos y Guatemala ha recibido en los últimos años 977 ciudadanos de ese país.

En Costa Rica, donde no se exige visa a los venezolanos, se calcula que viven unos 8.000 y en los últimos años se ha registrado un aumento de las solicitudes de refugio y residencia.

Los Gobiernos de Panamá y Costa Rica acordaron planes conjuntos para afrontar un eventual flujo extraordinario de inmigrantes venezolanos, precisamente por las elecciones.

Venezuela se ha ubicado en años recientes como el segundo país cuyos ciudadanos hacen más solicitudes de asilo a México. Las cifras se dispararon a 4.402 en 2017.

Ecuador, donde en 2017 ingresaron 288.000 venezolanos, y Bolivia, con un registro de 4.957 venezolanos en lo que va de año, son «usados» como país de transito hacia otros destinos como Perú y Chile.

En Argentina, el pasado año marcó un récord de entradas con 31.167 venezolanos y en lo que va de año han llegado 8.756.

El número de inmigrantes venezolanos en Paraguay se ha duplicado en el último año, al pasar de 600 personas a 1.200 y 1.300.

En Uruguay, desde octubre de 2014 hasta diciembre de 2017, se han procesado y concedido 6.157 residencias permanentes a venezolanos.

En Puerto Rico residen unos 2.804 venezolanos, según cifras de 2017.

Venezuela pasó de ser un país receptor de inmigrantes hasta hace poco más de una década, gracias a la bonanza petrolera, a generar el mayor desplazamiento en la región por la crisis social, el aumento de la pobreza y una inflación de 2.000 % en 2017, que según el Fondo Monetario Internacional cerrará este año en 13.000 %.

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