Evo Morales dice que el ente electoral no tenía atribución para inhabilitarlo - 800Noticias
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EFE

El presidente de Bolivia, Evo Morales, sostuvo  este jueves que el órgano electoral del país estaba en la obligación de respetar la sentencia constitucional que dio luz verde a su reelección indefinida y criticó las movilizaciones ciudadanas que se cumplieron en esta jornada en su contra.

En un acto en Villa Tunari, su bastión electoral y sindical en el centro de Bolivia, Morales afirmó que «la derecha sabía exactamente que el rol del Tribunal Supremo Electoral (TSE)» en cuanto a las candidaturas para las primarias «es una cuestión administrativa» y que «ellos no son jueces para definir si Evo es o no es candidato».

«El Tribunal Supremo Electoral tiene la obligación de respetar la sentencia constitucional que sacó el año pasado el Tribunal Constitucional. Sabían eso, pero sabiéndolo, engañan a sus bases, mienten a sus bases», manifestó.

Según el gobernante, lo que el ente electoral debe controlar para inhabilitar una candidatura es si el aspirante es extranjero, si no tiene libreta de servicio militar o si tuviera una sentencia penal.

A su juicio, las movilizaciones de esta jornada se deben a que «grupos de la derecha, grupos de la ciudad no aceptan» que un «sindicalista sea presidente».

El martes pasado en la noche el órgano electoral confirmó la habilitación de las candidaturas para las primarias del próximo 27 de enero en Bolivia, entre las que está la de Morales y el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera.

Partidos opositores y colectivos ciudadanos critican al tribunal por habilitar a Morales pese a que la Constitución que él mismo promulgó en 2009 permite sólo dos mandatos consecutivos y a que un referendo celebrado en 2016 rechazó una reforma para que pueda volver a postular en los próximos comicios generales.

Los partidarios de Morales defienden que el órgano electoral actuó de forma correcta, pues enmarcó su decisión en un fallo del Tribunal Constitucional emitido a instancias del oficialismo en 2017 y que da luz verde a la reelección indefinida.

El mandatario criticó las movilizaciones en su contra e ironizó con que había más gente en el acto en Villa Tunari que en las marchas opositoras de esta jornada.

También calificó de «alfombras de la derecha» a las plataformas ciudadanas que exigen respeto por el referendo de 2016 y se ofreció a dictar un «seminario para que aprendan cómo se marcha, cómo se organiza, cómo se hace aceptar con el pueblo las marchas».

Morales sigue siendo el máximo dirigente de los sindicatos de cocaleros del trópico de Cochabamba, con los que organizó bloqueos de carreteras y movilizaciones en la década de 1990.

La huelga convocada por los comités cívicos de ocho regiones bolivianas se cumplió parcialmente en ciudades como La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Tarija, Sucre y Trinidad, donde hubo bloqueos en las calles y poco tráfico, aunque la paralización de actividades no fue total.

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