Estuvo en coma tras morderse la lengua con muela infectada - 800Noticias
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Una joven identificada como Caitlin Alsop compartió una aterradora experiencia con SEEN TV, que comenzó después de una cena con amigos cuando tenía 23 años.

Durante la comida, Caitlin sintió que se mordió la lengua, lo que desencadenó una serie de eventos que pusieron en peligro su vida.

Según relató Caitlin, después de cenar, notó que su lengua “estaba bastante inflamada” y que sus vías respiratorias “comenzaron a cerrarse por completo”. Experimentó dificultades para respirar y hablar, lo que la llevó a buscar ayuda de inmediato.

Sus amigos la llevaron al hospital, donde los médicos inicialmente diagnosticaron su condición como una reacción alérgica grave, conocida como anafilaxia. Para tratarla, le administraron adrenalina y esteroides, pero lamentablemente su situación no mejoró. Además, su lengua se tornó de color negro, y los médicos incluso consideraron la posibilidad de amputarla.

Un anestesista, desconcertado por el caso, planteó la posibilidad de que Caitlin estuviera sufriendo de “angina de Ludwin”.

De acuerdo con MedlinePlus, esta es una infección que afecta el piso de la boca, ubicado debajo de la lengua, y generalmente es causada por una infección bacteriana de los dientes o la mandíbula.

Los médicos diagnosticaron que Caitlin había desarrollado sepsis, una respuesta extrema del cuerpo ante una infección que puede causar daño a los tejidos y, en casos severos, llevar a la muerte.

Para preservar su oxigeno y salvar su vida, tuvieron que inducirla a un coma durante nueve días. Durante este tiempo, también se sometió a una cirugía para extraer una muela cordal que estaba causando al problema.

Finalmente, gracias a esta cirugía y al arduo trabajo del equipo médico, Caitlin sobrevivió, aunque perdió parte de su lengua en el proceso y tuvo que aprender nuevamente a hablar y comer.

“Después de más de una semana en coma, me desperté, comencé a respirar por mi cuenta y poco a poco me recuperé. Me sentí la persona más afortunada del mundo por estar viva. Desorientada y asustada, recuerdo haber pensado que estaba atrapada en un cuerpo que no entendía y no entendía por qué mi cerebro no funcionaba correctamente o por qué las tareas simples me resultaban tan difíciles. Al mismo tiempo, nunca me había sentido más agradecida de poder ver, oír y respirar”, contó la joven en sepsis.org.

Con información de El Universal

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