Estupor por el suicidio en una cárcel del presunto terrorista sirio detenido en Alemania - 800Noticias
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Efe

El suicidio en una prisión de Leipzig de Jaber Albakr, presunto terrorista islámico detenido el domingo gracias a la colaboración de dos refugiados sirios, «no tenía que haber pasado, pero lamentablemente así ha sido», ha declarado este jueves el ministro de Justicia de Sajonia, Sebastian Gemkow, como respuesta a un hecho que ha provocado estupor en Alemania y que éste calificó de «inesperado» porque el equipo psicológico penitenciario no había detectado en el detenido «riesgo de suicidio», como se ha dicho.

En una rueda de prensa, flanqueado por el responsable de instituciones penitenciarias, Rolf Jacob, y el fiscal general de Sajonia, Klaus Fleischman, el titular de Justicia ha asumido la responsabilidad de lo ocurrido pero, al ser preguntado si habrá consecuencias, ha dicho que «no tenía nada que añadir».

Según el relato, Albakr, de 22 años, se estranguló con su camiseta entre las 19.30 y las 19.45 horas del miércoles, cuando fue hallado muerto contra los barrotes de su celda en el último control. Los resultados de la autopsia que le está siendo practicada se conocerán a lo largo del día.»El experimentado equipo de psicólogos no determinó riesgo de suicidio. La actitud del detenido siempre fue de calma, estaba tranquilo e incluso se había interesado por la rutina de la prisión», ha explicado Jacob, si bien ha reconocido que ese equipo de psicólogos no tenía experiencia con terroristas.

La noche anterior al suicidio sucedió, sin embargo, algo «fuera de lo normal», pero el equipo psicológico y el personal de prisión lo interpretaron como un acto de «vandalismo». La lámpara que alumbraba la celda de Albakr, situada a unos 2,59 metros de altura, se había descolgado. «Se cortó la luz y esta noche estuvo a oscuras.

A la mañana siguiente se reparó el daño. También el interruptor de la luz, que apareció desencajado», ha narrado Jacob y ha agregado que ese incidente fue discutido en la reunión de coordinación en la mañana del miércoles pero «a nadie se le ocurrió que era un indicio de nada, simplemente vandalismo».

Albakr fue puesto a disposición judicial el domingo por la noche y conducido a prisión. Dado que la Fiscalía Federal le acusaba de un presunto delito de terrorismo, se le asignó una celda de aislamiento seguridad nivel medio y se le aplicaron condiciones especiales: un control cada 15 minutos, el protocolo habitual para presos con «cierto» riesgo de suicidio.

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