Estonia afronta el lunes una votación incierta para un nuevo presidente
EFE
La elección el lunes en Estonia de un nuevo presidente por los 101 miembros del Riigikogu (parlamento) se presenta incierta hasta último minuto, con un candidato respaldado por la coalición de gobierno al que le faltan unos nueve votos de 68 para poder suceder a la actual jefa de Estado, Kersti Kaljulaid.
El único adversario del director del Museo Nacional Estonio, Alar Karis, apoyado por los gubernamentales Partido Reformista y Partido de Centro, es el expresidente del Riigikogu Henn Poulluaas, que cuenta con el respaldo del ultraderechista Partido Popular Conservador de Estonia (EKRE).
La presidencia de Estonia, el menos poblado de los tres países bálticos, es un cargo mayormente simbólico y representativo con poderes limitados como vetar leyes, nominar al nuevo primer ministro tras unos comicios o la caída del gobierno, así como cierta libertad para representar a Estonia e influir en sus relaciones exteriores.
«Es un cargo relativamente irrelevante que se ha convertido en más y más irrelevante», dijo a Efe el comentarista político estonio-estadounidense Juri Estam, que reside en la capital, Tallinn, desde 1991.
Agregó que Kaljulaid, la primera y actual presidenta de Estonia, que no ha sido nominada por ningún partido político del Riigikogu, podría todavía convertirse en candidata si Karis, de 63 años, fracasa en ser elegido el lunes, lo que obligaría a celebrar una segunda ronda.
En el sistema presidencial estonio, los candidatos son nominados por miembros del gobierno y de los partidos parlamentarios, para lo cual son necesarias 21 firmas, mientras que para ganar hay que lograr el apoyo de los dos tercios de la cámara (68 votos).
Por ello, la cooperación entre los partidos es necesaria para elegir un presidente.
Medios locales informan que dos de los partidos en la oposición -el nacionalconservador Patria (Isamaa) y los socialdemócratas- han dado libertad de voto a sus parlamentarios en la votación secreta de mañana, de manera que nueve apoyos más por parte de estas formaciones podría garantizar la elección de Karis.
Aún así, Estam apuntó que al tratarse de un voto secreto, los miembros de la coalición de gobierno en el Riigikogu podrían no votar por Karis a pesar de que sus partidos garantizaron su apoyo.
Agregó que la presidencia de Kaljulaid desde 2016 despierta sentimientos contradictorios.
Así, algunos estonios consideran que violó la neutralidad política propia de su cargo al aparecer en el parlamento vistiendo una sudadera con un eslogan que indirectamente criticaba a la ultraderechista EKRE.
«También cometió un error al invitar al presidente ruso, Vladímir Putin, a asistir al 8 Congreso Mundial de Pueblos Fino-Ugrios en junio en Estonia», invitación que consternó al Ministerio de Exteriores estonio aunque el jefe del Kremlin no acudió.
Si ninguno de los candidatos sale elegido mañana, el parlamento se volverá reunir un día después para pronunciarse sobre nuevos nominados y si en este proceso no se logran sumar los 68 votos para elegir un nuevo presidente, se pasaría a un procedimiento más elaborado.
Este consiste en convocar un colegio electoral formado por representantes de todos los gobiernos locales de Estonia que a finales de septiembre deberá elegir al presiente.
Si esta elección fracasa también, el proceso volvería a quedar de nuevo en manos del parlamento, como ya ocurrió con la votación de Kaljulaid en 2016, recuerdan los medios locales.