Esto es lo que esperan los niños para el Año Nuevo
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Sacar mejores notas, destacar como deportista en el equipo de fútbol, ser la protagonista de la representación de fin de curso de ballet o abrirse para hacer nuevos amigos.
Todos los años podemos enseñar a nuestros hijos a marcarse pequeños propósitos y objetivos, que les ayuden a crecer como personas. Y es que no sólo los adultos debemos tener la costumbre de plantearnos buenos propósitos para el Año Nuevo.
Si empezamos desde pequeños, inculcando esta costumbre a nuestros hijos, y les ayudamos a que los vayan cumpliendo a lo largo del año, estaremos incentivándoles en el esfuerzo, para alimentar su autoestima cuando se vean capaces de ir superando dificultades.
Para empezar, podemos marcarnos el objetivo común de crear una agenda infantil, que podemos hacer con cartulina, tela, papel, en forma de cuaderno o de calendario para colgarla en la pared. Destacar en ella las fechas de los cumpleaños de la familia y de los amigos del colegio, le ayudará a felicitar a sus seres queridos en su día especial y a ser más detallista.
También podemos señalar las fechas de las vacaciones y de los viajes previstos para ese preciado tiempo de ocio, lo que le hará sentir ilusión por los planes de futuro. Anotar las fechas de los partidos de su deporte favorito, de los exámenes o de las excursiones del colegio, le servirá para anticipar acontecimientos, organizarse con sus obligaciones habituales y evitar dejar todo para el último momento.
Si los propósitos están dirigidos a realizar cambios, es importante que sea tu hijo el que decida qué es lo que quiere mejorar o qué desea conseguir, sin que los padres influyan en su decisión o en su razonamiento. Sus metas deben nacer de su reflexión, pero deben ser realistas. Es mejor proponerse un objetivo y cumplirlo, que tres y dejarlos a medio camino.
Por ejemplo, si lo que desea conseguir para el Año Nuevo es una mejora en aspectos personales como, por ejemplo, comportarse mejor, ser mejor estudiante, más generoso o más amable, superar la timidez o empezar a practicar un deporte, conviene que se decante por uno o dos objetivos nada más.
Hacer una lista interminable de metas es poco práctico porque sus objetivos deben ser accesibles, factibles y alcanzables. Es más beneficioso elegir sólo aquellos que sean de verdad necesarios, deseados y beneficiosos. Cuando esté decidido, eres tú quien puede ayudarle a trazar una estrategia.
Para ello, puedes animarle a que escriba lo que desea conseguir y a colocarlo en un lugar visible como puede ser la tabla de corcho de su habitación, en la nevera de la cocina, en la puerta de su armario o en la cabecera de su cama. De esta manera, podrá verlo a diario y tendrá presentes sus objetivos durante todo el año.
En diciembre, los propios niños podrán evaluar si han conseguido lo que se propusieron y si, de verdad, han trabajado duro para lograrlo. Valorar su propio esfuerzo ayuda a los niños a ser mejores personas, a conocerse mejor a sí mismos y a saber de lo que son capaces. Anímales a marcarse un objetivo para el Año Nuevo, es la mejor manera de motivar a nuestros hijos a cumplir sus deseos.