Estado Islámico asediado en Siria tras perder sus últimas ciudades en frontera turca
EFE
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) se ha quedado acorralado en el norte de Siria, sin salida hacia Turquía, tras una ofensiva de facciones rebeldes apoyadas por Ankara que ocasionó la pérdida de las últimas ciudades que mantenía bajo su control en la frontera con Turquía.
Según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, a lo largo del día la organización terrorista fue perdiendo las localidades que aún controlaba en la zona situada entre las ciudades de Yarábulus y Al Rai, en el norte de la provincia septentrional siria de Alepo.
Mediada la tarde, los extremistas se retiraron de Al Qadi, Tel Mizab, Bab Limun y Jalilia, sus últimos bastiones en la zona fronteriza con Turquía, tras los choques con el Ejército Libre Sirio (ELS), apoyado por Ankara.
De esta manera, los yihadistas perdieron el contacto con Turquía, por lo que la única vía hacia el exterior que le quedaría al EI sería la del paso entre las zonas de Abu Kamal, en Siria, y Al Qaim, en Irak.
La conquista de las localidades en la frontera turca se produce después de que el sábado el Ejército turco enviara veinte tanques, cinco blindados, camiones y maquinaria pesada a las proximidades de Al Rai para luchar contra el EI, según informó el diario turco Hürriyet.
Este despliegue se enmarca en la operación del Ejército turco bautizada como «Escudo del Éufrates», lanzada el pasado 24 de agosto con el objetivo de expulsar a los extremistas de su frontera.
Mientras que todos los actores en la guerra siria, sea el régimen de Damasco, Rusia, Irán o Estados Unidos, coinciden en que su principal objetivo es derrotar a los yihadistas, todo indica que la prioridad para Turquía es contener el avance de los kurdosirios.
Ankara quiere evitar así la creación de una zona kurda contigua a lo largo de los 900 kilómetros de su frontera con Siria.
La razón de ese movimiento descansa en que Turquía desea evitar un fortalecimiento de los rebeldes kurdos en su propio territorio, el proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), que considera terrorista al igual que Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Turquía exige que los kurdos sirios se retiren a la ribera oriental del río Éufrates, algo que Washington reclama también para mantener sus relaciones de amistad con Ankara.
Sin embargo, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), principal milicia kurdosiria, han demostrado en los últimos meses ser el arma más efectiva para combatir al EI en el norte de Siria, por lo que han recibido apoyo de Estados Unidos.
Por otra parte, las fuerzas del régimen sirio y sus aliados del grupo chií libanés Hizbulá, con la cobertura aérea de Rusia, tomaron hoy el control de tres academias militares en las afueras de la ciudad de Alepo, con lo que rodean de nuevo los barrios orientales de la urbe, controlados por los rebeldes.
Esas facciones insurgentes abrieron un corredor entre las zonas de las Academias de Artillería, de Armamento y Aérea y los barrios de Alepo oriental.
El Observatorio detalló que el ejército sirio logró dominar esos centros castrenses tras lanzar un gran ataque y mantener combates con el Partido Islámico del Turkistán, el Frente de la Conquista del Levante (antiguo Frente al Nusra) y otras facciones islamistas.
Esta escalada de la violencia se produce mientras Estados Unidos y Rusia tratan de lograr un alto el fuego en Siria que permita introducir más ayuda humanitaria al país.
En esta ocasión, las conversaciones se producen en Hangzhou (este de China) en los márgenes de la cumbre del G20, donde se encuentran el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y su colega ruso, Serguéi Lavrov, tras semanas de intenso diálogo entre ambos equipos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró hoy que su Gobierno trabaja «a contrarreloj» con Rusia pero afronta las conversaciones «con cierto escepticismo» tras fracasos anteriores.