Especial | Útiles escolares: «Un acto de magia» para el bolsillo de los venezolanos
Tw: @wandor_dumont | 800 Noticias
Algo que tiene el venezolano en los últimos años es hacer «magia» para estirar lo más posible el sueldo y cubrir así todas las necesidades de la familia. Otro detalle es que los padres prefieren dejar de comer antes que un hijo se quede sin educación y por lógica el gasto de la inscripción de los colegios y la compra de los útiles escolares siempre está contabilizado en el presupuesto.
Ya a dos semanas del inicio del periodo escolar 2017-2018 que tiene previsto comenzar el próximo lunes 18 de septiembre para la educación primaria, mientras que para la educación secundaria será el 2 de octubre, algo que debería proliferar en la ciudad de Caracas son las ferias escolares, pero ocurre lo contrario. Hay escasez no de materiales, sino de lugares dónde ir para encontrar buenos precios “relativos”, señaló una señora que esperaba un presupuesto en una librería.
Durante un recorrido realizado por el equipo de 800 Noticias por diferentes sectores de la capital de la República, se constató que los lugares donde anualmente se instalaban dichas ferias, como la plaza Caracas, estaban ahora completamente vacíos. En los alrededores de Bellas Artes, frente a la salida de la estación del Metro, solo tres stands estaban en funcionamiento. Uno de ropa y otros dos de útiles escolares se instalaron porque el resto se fue del sitio por la inseguridad y la falta de ayuda del Gobierno a través de Inmerca (Integral de Mercados y Almacenes C.A) perteneciente a la Alcaldía de Libertador, el cual los dejó en un «galpón solos» según una de las vendedoras.
Mientras que la feria instalada en la plaza Brión de Chacaíto es la única operativa con 10 puestos bien surtidos y precios accesibles para los representantes, porque para ellos “¿qué no está caro?”.
Las librerías vacías y las ferias escolares perdidas
La escasez que sufre Venezuela debido a circunstancias sin resolver por parte del Gobierno nacional no la padecen las librerías ni las ferias. Para ellos el problema son los costos de los útiles escolares, como señaló la dueña de uno de los establecimientos visitados por 800 Noticias en la avenida Baralt en el centro de Caracas.
“Los precios son tan elevados para nosotros los vendedores como para el público y de paso viene el Gobierno a ponernos controles a nosotros» denunció la vendedora.
Agregó que a través de la Superintendente Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) les obligan a bajar los precios solo para pagar las facturas de los productos comprados. «Entonces ¿cómo tengo ganancias?”, se preguntó la dueña del establecimiento que prefirió que no se revelara su nombre ni la ubicación de su empresa.
Asimismo, señaló que otro problema es que el Gobierno regula solo a las librerías. “Pagamos los impuestos, pagamos todo y a las ferias escolares no les hacen nada, como son de ellos, no estoy en contra de su iniciativa eso es positivo pero es injusto”, dijo.
Dato: La inflación acumulada en Venezuela hasta agosto de este año alcanzó el 366,1 %, informó este jueves la Comisión de Finanzas del parlamento, y que durante todo 2017 se ha encargado de anunciar el índice inflacionario en ausencia de la información del Banco Central (BCV).
Qué ofrece el Gobierno
Las ferias escolares siempre han existido en el país aunque el Gobierno las toma como algo que inventó, como lo hace ver el ministro de Educación, Elías Jaúa, cuando dice “que frente al ataque especulativo de la comercialización de los útiles escolares, la familia venezolana no está sola”.
Durante una rueda de prensa desde el Liceo Andrés Bello, en Caracas, Jaua anunció hace dos semanas la activación de ferias escolares y señaló que serían entregados tres millones de morrales y dos millones de kits de uniformes en parroquias seleccionadas del país, así como se continuará con la asignación de computadoras educativas Canaima.
Los morrales estarán dotados con libros de la Colección Bicentenaria, cuadernos, lápices, colores y todo tipo de implementos necesarios para el inicio del año escolar 2017-2018.
Pero aunque la iniciativa es positiva no es suficiente, según consideran los representante que son los más afectados, quienes afirman que el problema sigue siendo la inflación y mientras el Gobierno no controle ése índice seguirá el mismo círculo vicioso.
El señor Luis Herrera quien buscó presupuesto para la lista de sus dos hijas, alumnas en diferentes ciclos educativos, afirmó que tiene «que hacer magia» para poder costear con su sueldo y el de su esposa la inscripción de ambas niñas y las respectivas listas escolares.
Explicó que durante tres meses empezó el viaje para ir comparando e ir sorteando los niveles de inflación que afectan al país para así aliviar el gasto familiar.
Dato: El presidente Nicolás Maduro decretó un aumento de 40% en el salario mínimo este jueves ubicándose en 136.543,4 bolívares mientras que el bono de alimentación también fue incrementado a 189.000 bolívares. Éste último solo sirve para comprar comida.
Los precios
Mientras que una familia promedio tiene dos sueldos mínimos, lo cual sumaría 273.086,8 bolívares, este monto solo serviría para costear un cuarto del costo total de este año escolar.
Para comprar una lista promedio de útiles escolares para un niño del ciclo de primaria: 1 cuaderno de una línea, de doble línea, cuadriculado y pequeño, bolígrafo, caja de lápices, tijera punta roma, borra, 1 regla, 2 escuadras, transportador, pega de barrita, caja de creyones, carpeta marrón oficio, dos marcadores, media resma de papel (hay que comprar toda la resma), se puede llegar a gastar 196 mil bolívares en una librería. Eso sin contar los libros de texto, dependiendo el grado que se vaya a cursar.
En las ferias la diferencia disminuye considerablemente, aunque en estos casos no se adquieren los libros. La lista puede variar entre 110 mil y 130 mil bolívares.
Para el ciclo de bachillerato o secundaria el precio sube, tomando en cuenta que casi todas las materias requieren de libros y los precios de éstos varían por la editorial y sitio dónde se compre.
Usando de referencia la lista de una estudiante de 4° de Ciencias, de un colegio de la parroquia El Paraíso, la unidad educativa solicitó siete textos: Matemáticas 68 mil bolívares, Castellano y literatura 45 mil bolívares, Biología e Inglés 25 mil Bs., Historia de Venezuela 28 mil Bs., Química y Física 27 mil Bs. Cada uno.
Con esos montos la lista de bachillerato se ubicaría en 441.000 bolívares. En las ferias escolares visitadas por 800 Noticias ninguna vendía libros.
Al presupuesto también hay que agregarle una muda nueva de ropa para la niña o niño, un pantalón 30 mil bolívares o falda 35 mil bolívares, camisas de botones 35 mil bolívares, chemise 25 mil Bs, mono de educación física 50 mil bolívares.
Si los zapatos se rompieron o le creció el pie al niño, los montos oscilan desde 100.000 bolívares hasta 350.000 para un nuevo calzado, dependiendo de la marca.
Bolso sencillo sin estampado con dos colores desde 100.000 Bs., una lonchera 50.000 Bs. * Estos dos accesorios por lo general avanzan con los niños de grado pero si se dañan en el camino, esos son los precios mínimos que se encontraron en la calle.
Por último, la matrícula escolar varía dependiendo del colegio y la zona de Caracas donde estudie el niño o la niña y va desde 150.000 mil bolívares hasta 400.000 mil Bs. Los representantes que dieron estos montos mencionaron que comprenden el pago de la inscripción y la cuota del mes de septiembre, la cual está sujeta a cambio por medidas económicas que surgieran en el transcurrir del año, como la que ocurrió el pasado 7 de septiembre de un incremento de 40% de los sueldos.
En total el nuevo año escolar 2017-2018, usando los precios más baratos en Caracas, podría llegar a costar 956.000 bolívares. Es decir, el equivalente a siete sueldos mínimos para una familia con un solo estudiante. Si su familia tiene dos niños duplique el precio.
El final de esta historia, de acuerdo a lo sondeado con representantes y vendedores, concluye en que la culpa no es de la especulación. El problema radica en la inflación del país que deja a una familia sin sueldo si tuviera que comprar todo con premura, apenas una semana antes de empezar las clases. Pero como comentó una entrevistada: «prefiero dejar de comer, antes que quitarle la educación a mi hija».