ESPECIAL | Diálogo para resolver crisis venezolana se tambalea
Con información de AFP
El diálogo que busca resolver la grave crisis de Venezuela tambalea: la oposición amenaza con levantarse de la mesa si el gobierno insiste en rechazar la consideración de una salida electoral el 6 de diciembre, cuando volverán a verse las caras a instancias del Vaticano.
Los insultos y acusaciones mutuas de incumplimiento de acuerdos arreciaron esta semana, cuando se registró incluso un incidente, aún no reconocido por el gobierno, que según la oposición estuvo a punto de hacer naufragar el proceso iniciado el 30 de octubre.
“De manera unilateral el gobierno no sólo había congelado el diálogo a nivel de las mesas de trabajo, a las que no asistieron el martes, sino que puso en ‘veremos’ la reunión plenaria de diciembre”, afirmó este jueves el secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba.
Dirigentes opositores como el excandidato presidencial Henrique Capriles sostienen que la causa del “congelamiento” fue la discusión -el pasado martes en el Parlamento de mayoría opositora- del caso de dos sobrinos de la esposa de Maduro, Cilia Flores, declarados culpables de narcotráfico en Estados Unidos.
Pero poco después de una seguidilla de declaraciones de la MUD en ese sentido, Maduro apareció en televisión con el exgobernante español José Luis Rodríguez Zapatero, uno de los facilitadores del proceso, para negar que se hubiera retirado. “La mesa de diálogo sigue avanzando”, subrayó.
El analista Luis Vicente León comentó a AFP que los tropezones son parte de un “juego desbalanceado y lleno de manipulación”, en el que el gobierno logró bajar la presión internacional y popular en su contra, frente a una oposición fracturada y que “probablemente no pueda conseguir lo que realmente complace a las mayorías”.
Según una encuesta de octubre de la firma Datanálisis, que preside León, 78,5% de los venezolanos rechaza la gestión de Maduro, ante la profunda crisis económica, reflejada en una fuerte escasez de alimentos y medicinas y una inflación que según el FMI alcanzará 475% en 2016.
“Nada de qué hablar”
Según sectores de la oposición, fue el mismo Rodríguez Zapatero quien les informó del malestar en el gobierno por el debate parlamentario sobre el caso de los sobrinos, pero nadie del oficialismo se ha referido a esa versión.
El hecho es que ambas partes se acusan de incumplir los acuerdos pactados en la segunda ronda de conversaciones el 12 de noviembre: una convivencia pacífica, medidas para paliar la crisis de alimentos y medicinas, y superar las diferencias en torno a los poderes públicos.
Pero los acuerdos son ambiguos y generales, lo que sigue dando pie a interpretaciones distintas de uno y otro lado.
“Si no hay resultados ¿qué valor tiene este proceso?. Hasta ahora el gobierno no ha cumplido nada y la oposición todo. El 6 de diciembre tenemos que ir por la salida electoral. Queremos la fecha. Si no, no cuenten conmigo en esa fiesta”, advirtió este jueves Capriles.
La MUD, dividida, pues la mitad de los partidos que la integran cree que no vale la pena negociar con el chavismo, insiste en que el objetivo de los contactos debe ser la reactivación de un referendo revocatorio contra Maduro -suspendido el 20 de octubre- o un adelanto de las elecciones previstas para diciembre de 2018.
“¿Para dónde va esto? este gobierno nos quiere condenar a la violencia política”, advirtió Torrealba, al reiterar que la única salida a la crisis es electoral.
No obstante, el gobierno descartó que eso esté en discusión. Maduro se ve terminando su mandato en enero de 2019 y dialogando por un buen rato. “Recibiremos enero, febrero, marzo con una mesa fortalecida”, aseguró el miércoles.
Pero el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, considerado del ala radical, sentenció: “La derecha no ha cumplido en los acuerdos y mientras no cumplan nosotros no tenemos nada que hablar con ellos”, manifestó la noche del miércoles.
En ese sentido, pidió al Parlamento cumplir la orden de la máxima corte de dejar sin efecto, en un acto formal, la juramentación de tres diputados opositores cuya elección fue suspendida por denuncias de fraude del chavismo.
Es la condición para levantar la declaratoria de “desacato” contra la Asamblea, que solo se dio por notificada del pedido de desvinculación que le hicieran los propios parlamentarios.
Poco optimista sobre las conversaciones, el académico Benigno Alarcón advirtió que “la mesa de negociación se montó para desmontar los mecanismos de presión”, y si el gobierno logró eso, “no hay ninguna razón para negociar ni dar nada”.