Español reanuda vuelta al mundo en el «trasatlántico más pequeño»
EFE
El navegante español Álvaro de Marichalar reanudó este sábado desde Miami la vuelta al mundo que inició en 2019 a bordo de la «Numancia», una moto acuática de poco más de tres metros de eslora, el «transatlántico más pequeño del mundo».
El aventurero, que debió interrumpir su travesía en marzo de 2020 en Miami debido a la pandemia y empleó estos 23 meses para dar conferencias por el mundo acerca de la primera circunnavegación de la tierra, de cuyo inicio se cumplieron 500 años en 1519, partió del Yatch Club de Miami sin barco de apoyo y así hará todo su viaje.
«No tengo dinero para el barco de apoyo, es peligroso, pero prefiero arriesgarme a dejar inconcluso el viaje», dijo a Efe rodeado de los amigos de distintas nacionalidades que lo despidieron.
En la primera fase de la vuelta, Marichalar, que tiene ahora 60 años, recorrió puertos europeos y cruzó el Atlántico ayudado por un barco francés.
Tocó tierra en Guadalupe, en las Antillas Francesas, y tras recorrer las otras islas del Caribe llegó a Miami en pleno estallido de la pandemia de la covid-19 y se vio obligado a dejar la «Numancia» fuera del agua durante casi dos años.
Ahora le espera por delante un largo y peligroso viaje que le llevará en primer lugar por la costa oeste de Florida hasta Pensacola, fundada por un antepasado suyo, Tristán de Luna, en 1559.
Es la primera ciudad fundada por los españoles en lo que hoy es EEUU, aunque San Agustín, también en Florida pero en la costa atlántica, es considerada la más antigua, pues Pensacola fue destruida por un potente huracán y hubo que refundarla en 1698.
COMUNIÓN EN EL MUELLE
Antes de partir, Álvaro de Marichalar recibió la visita de un pastor presbiteriano, el brasileño Felipe Assis, quien ejerce su ministerio en un templo vecino al club, y le administró la comunión, le bendijo y aplicó óleos sagrados en su frente y en la Numancia.
Assis, que dijo a Efe que el Dios de los presbiteranos y los católicos como Marichalar es el mismo y el ritual tiene el mismo efecto, le hizo prometer al navegante que le enviará una fotografía de cada lugar que visite.
Si Marichalar cumple, el pastor tendrá que preocuparse por la memoria de su teléfono celular.
De Pensacola irá bordeando la costa estadounidense del Golfo de México hasta Texas, de ahí la de México, seguirá por Belice, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica hasta llegar a Panamá, donde cruzará por el canal hasta el Pacífico.
Después navegará hacia el norte la costa oeste de Estados Unidos hasta Alaska y cruzará el estrecho de Bering hasta Rusia y luego las Islas Aleutianas y Kuriles, Japón, Filipinas y el sudeste asiático.
Bordeará después la Península Arábiga y entrará al Mar Rojo para cruzar por el Canal de Suez al Mediterráneo y de allí, tras tocar en varios puertos, arribará a España.
FALTA DE APOYO Y TODO EL MIEDO DEL MUNDO
«Tengo todo el miedo del mundo», dijo cuando minutos antes de partir Efe le preguntó por su ánimo al iniciar este viaje que espera terminar bien entrado 2023.
Su mecánico, Roger Santamaría, un bilbaíno que reside en Marbella, viajó hasta Miami para poner a punto la embarcación y también le despidió en el muelle.
La «Numancia», una Bombardier con un motor complementario, lo que le da una autonomía de unas 250 millas, lleva inscrito en la parte de babor «!!Viva España!!» y en estribor «Vuelta al mundo 2019».
La moto está llena de pegatinas e insignias de los patrocinadores de este nuevo reto de un navegante aventurero con 40 años de trayectoria y varios récords mundiales.
Sorprendentemente ninguno de los patrocinadores es español, algo que Marichalar confesó que le duele.
Hay una cruz de Malta, una pegatina de una empresa japonesa de cosmética, las iniciales del Yatch Club de Mónaco, un logo de la Sociedad Geográfica Rusa y una pegatina que dice «No finning» junto a una aleta de tiburón como manera de alertar sobre el peligro que supone para la supervivencia de los escualos el corte de sus aletas.
Como homenaje a su tierra natal, Navarra, en el norte de España, llevaba el escudo foral al dorso de la camiseta azul con la que inició este viaje.
ME HA PASADO DE TODO
Antes de partir, Marichalar habló de las manchas de basura y plásticos que encuentra en los océanos y de la pesca ilegal, de la necesidad de mostrar con orgullo los logros de España como la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano -«si no lo hacemos nosotros nadie lo va a hacer»- y de mantener la esperanza y un espíritu positivo.
No le gusta hablar de los muchos percances que ha tenido en estos viajes. «Me ha pasado de todo», dijo cuando Efe le preguntó.
Su meta para el próximo año y medio de su vida es navegar un promedio de 100 millas diarias y cumplir con su propósito de emular la misión que la Corona de España encomendó al portugués Fernando de Magallanes y concluyó el español Juan Sebastián Elcano.
Aunque lleva casi dos años sin pisar España, Marichalar muestra que está al tanto de lo que sucede en su país.
En sus declaraciones a Efe, dedicó esta segunda fase de la vuelta al mundo a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso, que está inmersa en una crisis por una investigación iniciada por su propio partido, el Partido Popular, acerca de un negocio de compra de mascarillas del que supuestamente de benefició su hermano.