España | Un abrazo de consuelo viral y una polémica en Twitter
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«Yo sé que no soy como el resto». El tuit fijado de quien se hace llamar Hija del camino en Twitter ya advierte que hay algo en ella poco común. Este martes no fueron sus palabras sino sus gestos los que saltaron a los timeline de toda España en forma de vídeo. Se escuchan gritos, órdenes, mucho barullo, pero un sonido emerge por encima y pone los pelos de punta: los sollozos de un hombre, un inmigrante agotado y desesperado que acaba de entrar en Ceuta.
En mitad de las catástrofes a las que se suele añadir el epíteto «humanitarias», que va de suyo, hay rostros que ponen nombre al drama, que nos recuerdan que los protagonistas de las noticias son personas, como nosotros pero con peor suerte. Este martes la avalancha de inmigrantes que cruzó la frontera de Marruecos y aterrizó en Ceuta a nado pasaba del caos de lo extraordinario a la calma de algunas escenas, que precisamente por la cotidianeidad del gesto saltan a los titulares.
Ella es blanca y tiene el pelo castaño recogido en una coleta. Lleva gafas a la moda y pulseras y viste un chaleco de Cruz Roja sobre una camiseta blanca inmaculada. Él es negro y está sucio de polvo y arena. Viste de corto y sin mangas y su ropa aún parece húmeda. Acaba de cruzar a nado la frontera. A lo lejos, uno de sus acompañantes se debate entre la vida y la muerte.
El abrazo entre estos dos humanos tan diferentes y tan iguales es la imagen de la desesperación. El hombre llora sin consuelo y se abraza a ella como a un salvavidas en medio de la tempestad. Muchos de los subsaharianos que se lanzaron ayer al mar en busca de una vida mejor, de una vida, al fin, ni siquiera sabían nadar. «No creo en ningún Dios pero estoy segura de que si viviera las situaciones que ha vivido esta gente lo haría». Por la noche, la chica del vídeo, la trabajadora de Cruz Roja, se desahogaba en Twitter.
«En medio del fango siempre hay una flor. Gracias», compartía ella el mensaje del mítico grupo Ska-p. También las palabras de cariño de sus familiares: «No sé cómo sentirme cuando veo a mi hermana saliendo en portada de todos los grandes medios en un acontecimiento tan importante…». Sus reflexiones, las de ella, se resumían en una frase: «Se me cae el puto alma al suelo».
Le llovieron los mensajes ayer a Hija del camino tras una jornada agotadora. No le dio tiempo a la joven Luna a actualizar Ceutonenas, el blog que desde marzo lleva con Noelia, su compañera de prácticas del Ciclo Superior de Integración Social en Ceuta. Sí agradeció las loas y contestó a algunos críticos, trolls que insinuaban otras intenciones en el abrazo del inmigrante: «Cuando me dicen esto siempre digo lo mismo…Me siento más segura con ellos que con gente que piense como tú».
«Qué frustración, que cansancio físico y psicológico y qué rabia» era su resumen del día. «Ayuda humanitaria no es quitarse a las personas de encima, es atender sus necesidades y más en estas condiciones», lanzaba Luna, «es raro que te den las gracias por algo que tendría que ser normal…».