España desvela el fallo histórico de la escena más erótica de «Titanic» - 800Noticias
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Han pasado ya dos décadas desde el estreno de la película «Titanic», veinte años desde que James Cameron traumatizó a una generación al dejar que el personaje de un jovencísimo Leonardo DiCaprio se hundiese con el transatlántico. Pero no es el final, sino el principio de la relación entre Rose y Jack lo que fue un despropósito, no para los espectadores, sino para la historia, como oportunamente corrigen desde la «Fundación Titanic» en el aniversario del salto de esta tragedia a la gran pantalla.

Una secuencia que ha pasado a los anales de la historia del séptimo arte pero que, sin embargo, no debería haberse rodado, si la pretensión de la oscarizada cinta fuese rigurosa con la historia real del hundimiento del «buque de los sueños».

–¿A dónde señorita?

–A las estrellas.

—¿Estás nerviosa?

—Al contrario, cariño mío. Acaríciame, Jack.

La icónica escena en la que la pareja desata su pasión, con la improvisada mano en el cristal empañado incluida, no obedece al rigor histórico. De hecho, nunca habría podido producirse en la vida real porque el vehículo, conocido popularmente como «El auto del Titanic», no viajó finalmente a bordo del gran buque, como estaba planeado. Preparado en el puerto de Nueva York para emprender la aventura con destino a Southampton, para ser presentado el 3 de mayo de 1912 en Londres y 30 días después en París, el Brush D terminó embarcándose un mes más tarde de lo previsto en las bodegas de su gemelo, el Olympic, frustrado su histórico viaje al viejo continente por la tragedia del hundimiento del transatlántico.

Sin embargo, James Cameron, bien por ignorancia, por una licencia creativa o por honrar al vehículo, el más antiguo del mundo que todavía puede circular, decidió no prescindir del clásico biplaza, fabricado por los hermanos Brush en Detroit en 1909, otorgándole una secuencia decisiva en uno de los filmes más taquilleros de la historia. «En el Titanic no iba ningún auto, al contrario de lo que se ha dicho. Sí llevaba cajas de repuestos de la marca Renault, pero no vehículos montados», explica a ABC Jesús Ferreiro, director de la «Fundación Titanic» y creador de la famosa exposición «Titanic, The Exhibition».

«El coche del Titanic»

El cineasta americano no solo se tomó la licencia de subir el vehículo a bordo de su «buque de los sueños», sino que lo hizo con una imprecisa réplica. «El auto de la película es más moderno. En 1912, los vehículos eran menos carrozados y, de hecho, en la escena amorosa se puede ver que la parte superior del mismo era como una capota de cuero lo cual es inexacto», aclara Ferreiro.

La épica del Brush D 24 no se limita solamente a sortear lo que parecía escrito en su destino evitando el popular naufragio, sino también la de ser el primer auto de la historia conducido por una mujer, que circuló por Nueva York en «El auto del Titanic» un 24 de febrero de 1912 a una velocidad de 20 kilómetros por hora. «Según las ordenanzas del Ayuntamiento de la capital americana, cuando un automóvil circulaba por las calles de Nueva York tenía que ir una persona andando delante del auto, con una bandera roja en la mano, para advertir a los peatones del peligro, y apartarlos de la ruta del auto», cuenta la «Fundación Titanic».

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