Escasas ventas reportan en la frontera colombo-venezolana tras elecciones - 800Noticias
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A dos semanas de haberse efectuado los comicios presidenciales en Venezuela, la frontera sigue viviendo los efectos postelectorales, marcados por un conflicto político que sigue latente en medio de una mirada internacional que está atenta a cada acontecimiento que se registra en el país.

En el eje San Antonio del Táchira-Ureña hay elementos que reflejan la tensa calma que se respira. A un lado de la entrada al puente internacional Simón Bolívar, se halla el carro con la pared metálica para ser desplegada en cualquier momento por los funcionarios venezolanos, de presentarse alguna «alteración del orden público».

Esa barrera fue instalada durante los días de cierre de frontera por las elecciones, casi en la mitad del tramo binacional que une a San Antonio del Táchira con La Parada. El lunes 29 de julio, a pocas horas de haberse restablecido el paso por el trayecto internacional, fue desplegada nuevamente tras adelantarse el cierre del puente por una supuesta caravana que venía desde Cúcuta.

Desde ese instante y hasta la actualidad, la barrera se mantiene a un costado. Diversos sectores que hacen vida en la frontera y habitantes en general, esperan que la dinámica por los cuatro puentes que conectan a Táchira con Norte de Santander, no se trastoque por ningún motivo.

Entretanto, el dinamismo por los pasos formales aún está tímido. La afluencia de vehículos, sobre todo por el puente de San Antonio del Táchira, que es el más usado por los visitantes y propios, no se ha recuperado del todo. La circulación de carros y motos sigue baja.

Terminal abierto, pero desolado

Las sillas vacías de la sala de espera del terminal de pasajeros de San Antonio del Táchira, en el municipio fronterizo Bolívar, evidencian el poco movimiento de usuarios que está registrando a diario.

Cuando se camina hacia los andenes, la imagen no cambia: Hay busetas y carros cinco puestos habilitados, pero sin pasajeros que les permitan salir sin tener que esperar horas en los puntos asignados.

Los conductores siguen atribuyendo la soledad que reina en las instalaciones a la piratería y a los terminales clandestinos. Pusieron como ejemplo el más visible y grande, el que está situado en La Parada, localidad comercial a escasos metros del puente internacional Simón Bolívar.

«Los buses de Rubio implementamos la estrategia de salir cada 20 minutos, con o sin pasajeros. Lo que nos salva es la parada que nos dejan hacer en la Redoma del Cementerio. Son cinco minutos en los que logramos recoger algunos pasajeros», subrayó un conductor en conversación con el Diario La Nación.

Casi nadie quiere llegar hasta el terminal. La facilidad que hay para tomar el carro en La Parada o en la avenida Venezuela reduce en gran medida que se mire hacia el puerto terrestre. A esto, suma la disminución de visitantes los días postelectorales. Aún hay mucha incertidumbre.

Lo que le estaba dando vida al terminal eran los interurbanos. Sin embargo, las fallas que se han presentado en la Troncal 1 han limitado su acceso a la frontera.

Los transportistas que laboran en el puerto instan a las autoridades a buscar estrategias para rescatar las instalaciones. Los vendedores de comida, refrescos y café también se suman al llamado.

«La dinámica ha decaído en más del 50 %»

Si bien la localidad de La Parada, en el municipio fronterizo de Villa del Rosario, ya venía experimentado bajas en las ventas de cada jornada, los días postelectorales en Venezuela han agudizado aún más el lóbrego panorama para los comerciantes y casas de cambio.

«La dinámica ha decaído en más del 50 %», recalcó el encargado de una casa de cambio en uno de los barrios más frecuentados por los venezolanos. «Ya estábamos mal, pero después del 28 de julio la situación empeoró», subrayó.

La Parada, aunque es un sector colombiano, depende en gran medida de la visita de venezolanos, su principal cliente. Incluso, el impacto para esta zona es mayor que el sufrido por la ciudad de Cúcuta, cuyas ventas cayeron en un 35 %, de acuerdo con datos de la Federación Nacional de Comerciantes en Norte de Santander (Fenalco).

«Nos preocupa mucho lo que está pasando en Venezuela, ya que nosotros, por la cercanía con el puente Simón Bolívar, dependemos de la llegada de los hermanos venezolanos», prosiguió la fuente.

San Antonio y Ureña: Los más golpeados

Los pocos comerciantes que tienen sus santamarías arriba en el eje San Antonio del Táchira-Ureña han manifestado su preocupación por las nulas ventas que están presentando al día.

Ese lado de la frontera, pese a los casi dos años de reapertura, no ha conseguido salir del estancamiento ocasionado por más de siete años de cierre de los puentes. El 90 % del comercio paralizado es un fiel reflejo del escenario que se padece.

«El conflicto político agrava todo en Venezuela y se palpa fácilmente en los pocos comercios que seguimos activos en San Antonio del Táchira», indicó Pedro Vivas, comerciante de la Villa Heroica: «En los últimos 15 días las ventas han bajado más de lo normal».

Vivas no se deja absorber por el pesimismo. Cree que la frontera en algún momento volverá a brillar y recuperará el título de las más viva de Latinoamérica. No obstante, ve imprescindible que las autoridades implementen alternativas para salir de la crisis.

 

Con información NAD

 

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