Escasa afluencia y silencio sobre lo votado marcan referendo en Cuba
EFE
El referendo del Código de las Familias -que incluye, entre otros, el matrimonio igualitario, la adopción por parte de parejas homosexuales y la gestación subrogada- transcurrió este domingo en Cuba en átona normalidad: con escasa afluencia a los colegios electorales y la negativa de muchos a compartir si votaron por el «sí» o el «no».
La mayor parte de la quincena de personas -en una muestra no representativa- a las que preguntó Efe en cuatro colegios electorales de La Habana indicaron que votarían en contra, aunque casi todos prefirieron no decirlo en cámara o identificarse.
Algunos consideraron que estaba bien con que se casaran los homosexuales, pero ya que adoptaran era otra cosa «bien distinta».
Se realiza en la escuela América Latina del #CondadoSur el voto por el Referendo con mucha tranquilidad #AhoraSantaClara#SantaClaraReferendo@Colina_VClara @MayelnDaz1 @FMC_Cuba @ElCubano151817 pic.twitter.com/FfLVYFEzFW
— Yadira García Pérez (@YadiraGarcaPre2) September 25, 2022
Otros argumentaban que su posición era un «voto de castigo» contra el Gobierno, al ser el «sí» la opción que desde hace semanas defienden en una intensa campaña el Gobierno y todo el aparato del Estado, incluyendo el Consejo Electoral Nacional (CEN) y el Tribunal Supremo.
El operador de audio Roberto Carlos Rodríguez, de 30 años, fue categórico en su rechazo. «No estoy de acuerdo con el referendo. Me parece que no es lo más justo con la familia cubana porque lo que están buscando es amenazar a las madres con quitarle a sus hijos», señaló a Efe este joven en el municipio capitalino 10 de octubre.
La habanera Amelia Ponce, de 57 años, defendió por su parte el código y lo describió como «necesario»: «Voté por el ‘sí’ porque es inclusivo y le va a dar muchos derechos a muchas personas», comentó a Efe a su salida del colegio electoral ubicado en el consejo Catedral en la populosa Habana Vieja.
En los colegios electorales que visitó Efe -de cerca de 24.000 en todo el país- la afluencia de votantes era escasa. Las largas colas, como en cualquier otro día de los últimos meses en La Habana, eran para comprar productos básicos como pan o pollo.
Según datos del CEN, a las 11 de la mañana había votado el 37 % del censo, unos 20 puntos porcentuales menos que a esa misma hora en el referendo constitucional de 2019.
Los colegios abrieron a las 7 de la mañana y está previsto que cierren a las 6 de la tarde para este referendo, el cuarto desde el triunfo de la revolución en 1959 y el primero para una ley específica.
Está previsto que este lunes se difundan resultados preliminares, que serán vinculantes y requieren de mayoría simple.
Contexto complejo
El propio presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, reconoció este domingo el difícil contexto económico -tras dos años de grave crisis- en el que se realiza el referendo.
«Hemos asumido una posición de valentía, de convocar a un referendo en las condiciones que está viviendo el país. Todos sabemos que hay desabastecimiento, apagones, carencias, una parte importante de la economía paralizada», señaló.
Admitió en declaraciones a los medios en la mañana que puede haber un «voto de castigo».
No obstante, acotó que «ya se ganó en un debate popular: lo que más ha aportado esto, independientemente si se vota ‘sí’ o ‘no’, es que todos fuimos menos egoístas y miramos más hacia la familia y la sociedad».
Este es el único proyecto que va a referendo entre las 70 normas jurídicas actualizadas con la nueva Constitución, a diferencia de otras leyes como el Código Penal. Además, está publicado en la Gaceta Oficial desde el 22 de julio de este año.
Antes de ser aprobado en julio de este año por la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), su versión 25 fue ampliamente consultada entre febrero y abril en 79.000 reuniones por barrios y municipios.