Ernesto Samper insta a Piñera a liderar con neutralidad proceso constituyente - 800Noticias
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Ernesto Samper

EFE

El exmandatario colombiano Ernesto Samper (1994-1998), testigo del proceso constituyente de Colombia en 1991, instó al presidente de Chile, Sebastián Piñera, a actuar como «jefe de Estado» y no «de Gobierno» durante el proceso homólogo que vive el país austral.

«Si Piñera ha cometido errores los puede cobrar liderando el proceso constituyente con neutralidad. Tiene una oportunidad para enmendarlos y de actuar como jefe de estado y no como jefe de Gobierno», explicó a Efe el expresidente en el marco de una conferencia celebrada en Santiago de Chile.

Samper, quien también ejerció de secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), fue ministro durante el proceso que derivó en la redacción de una nueva Carta Magna en Colombia y presidente cuando se aplicó de forma total la nueva ley fundamental, que consagró los derechos sociales en el país.

UNA SITUACIÓN SIMILAR A LA COLOMBIANA

Chile vive, según indicó el expresidente, una situación «similar» a la colombiana en la década de 1990, que comenzó siendo una agitación juvenil y derivó en una crisis social y política que puso en duda los cimientos del sistema y cuya solución viable fue abrir un proceso que permitiera derogar la Constitución vigente entonces.

El pasado diciembre, y en respuesta a la revuelta popular que continúa desde hace más de cuatro meses en Chile, un histórico pacto entre el oficialismo y la oposición abrió la posibilidad de enterrar la actual Constitución, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y para muchos la causa de las desigualdades del país.

LOS JÓVENES LIDERARON EL CAMBIO

Para el expresidente existen semejanzas entre los dos procesos, ambos «promovidos por jóvenes con un grito identitario que buscaba reconocimiento» y que ha sido «retroalimentando por la respuesta desproporcionada de los Estados a través de mecanismos de fuerza que se convierte en ilegítima cuando se desbordan».

«Sus demandas son el reflejo de un fenómeno muy preocupante: la proletarización de la clase media, esa clase que se gasta todo lo que tiene en aparentar tener todo lo que le hace falta, esa clase esta sufriendo en este momento», sentenció.

Samper se mostró crítico con algunos puntos del proceso constituyente chileno y calificó de «zancadilla democrática» la disposición que obliga a que las normas de la futura Carta Magna sean aprobadas por 2/3 del futuro órgano constituyente.

También mostró recelo hacia el plebiscito refrendario final, el último paso necesario para su promulgación, y explicó que es una manera de que los que «perdieron en algunos temas (durante su redacción) salgan a cuestionar la nueva Constitución después de haber obtenido el consenso».

Chile celebrará el próximo 26 de abril un plebiscito que determinará si se deroga la actual ley fundamental y qué tipo de órgano redactará la nueva Carta Magna: una asamblea formada por candidatos electos -como fue el caso de Colombia-, o una fórmula mixta, que incluye a actuales parlamentarios.

CHILE NECESITA «MUJERES COMBATIVAS»

Tras varios meses de enfrentamientos entre los parlamentarios, se aprobó en marzo la paridad para este futuro órgano constituyente, que convertirá a Chile -si finalmente decide derogar la actual Constitución- en el primer país del mundo cuya ley fundamental esté redactada por hombres y mujeres a partes iguales.

Respecto a esto, el exmandatario exigió que se «haga un gran esfuerzo» para que las mujeres que se encarguen de la redacción no sean «un relleno» sino que las que ocupen esos espacios «sean combativas» y sus ideas sean escuchadas.

Si el plebiscito es aprobado, la elección de los constituyentes se realizará en octubre, coincidiendo con las elecciones regionales y municipales, y la nueva Constitución -que debe redactarse en un máximo de un año- se ratificará en otro plebiscito, de voto obligatorio.

«El presidente debería abstenerse de tomar partido sobre las alternativas en el proceso constituyente porque en el fondo de lo que se trata es de hacer que se exprese la máxima autoridad de una democracia, que son las mayorías populares», dispuso Samper.

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