Entrena la memoria y fortalécela a largo plazo
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La salud mental es muy importante, sobre todo con el paso del tiempo, y hacer funcionar el cerebro correctamente nos ayudará a envejecer con calidad de vida. La memoria es esa parte de las personas que nos permite sobrevivir en nuestro entorno. Sin memoria no solo no seríamos capaces de hacer las actividades básicas de la vida diaria, sino que también olvidaríamos determinadas situaciones que nos pondrían en peligro, como que no se puede cruzar un semáforo cuando está en rojo, etc.
Por eso, entrenar la memoria es fundamental, sobre todo cuando se llega a una determinada edad. Uno de los primeros consejos para fortalecer la memoria es cuidarse, tanto desde el punto de vista de la alimentación, siguiendo una dieta sana y equilibrada, como a la hora de descansar el tiempo suficiente cada día, ya que se recomienda dormir entre 6 y 8 horas diarias.
Varios estudios han demostrado que estar descansado ayuda al cerebro a un mejor funcionamiento, al igual que sucede con el deporte. Por eso, se recomienda hacer ejercicio de manera frecuente y abandonar el sedentarismo, ya que, de esa manera, estamos luchando contra la depresión y la ansiedad, dos de las enfermedades mentales que más pueden afectar a la memoria.
¿Pero cómo entrenar la memoria?. Los expertos del Instituto Superior de Estudios Sociales y Sociosanitarios recomiendan no perder nunca la curiosidad. Es importante tratar de aprender cosas nuevas cada día, tener inquietudes por las cosas nuevas. Una de las formas más sencillas de llevar a cabo este truco es leer cada día el periódico: además de hacer funcionar el cerebro, estaremos al corriente de lo que pasa en el mundo.
También es muy importante mantener la vida social. La razón es que «relacionarse con las personas nos “obliga” a mantenernos activos, a utilizar el lenguaje y a poner en marcha nuestra cabeza». Por eso, es fundamental no encerrarse en uno mismo y seguir relacionándose con los demás, tanto a nivel familiar como con amigos, compañeros o excompañeros de trabajo, etc.
Pero, sin duda, una de las formas más importantes de mantener la memoria es ser independiente. Si nos acostumbramos a que nos lo den todo hecho, el cerebro se acostumbrará a dejar de pensar por sí mismo y, por tanto, funcionará mucho peor. Si, por el contrario, somos independientes y tenemos que valernos por nosotros mismos en todo momento, la memoria se verá fortalecida.
Una forma de tener al cerebro entretenido es cambiar nuestras rutinas. Hacer cada día lo mismo a las mismas horas es una buena práctica en las personas con demencia o en los mayores con riesgo de desorientación. Sin embargo, introducir ciertas novedades en el día a día es fundamental en las personas que se valen por sí mismas para no caer en la monotonía.
Otra buena manera de entrenar la memoria es por medio de los juegos y pasatiempos. Si se tiene compañía, se puede estimular el cerebro jugando contra alguien a diferentes juegos de mesa. Si no, existen pasatiempos que se adaptan a todos los niveles cognitivos e, incluso, videojuegos como ‘Brain Training’ que sirven para trabajar con la memoria a corto y largo plazo.
Otro de los buenos consejos para que el cerebro siga funcionando correctamente es la lectura. Con un libro no solo estamos estimulando la memoria, sino que también dejamos volar la imaginación. Cada persona se imagina un libro de una manera diferente y los lectores se formarán en su cabeza las imágenes que ellos desarrollen de la historia que están leyendo, haciendo trabajar al cerebro.
El último consejo para fortalecer la memoria es un repaso por algunas rutinas diarias que debemos hacer, tanto en casa como en la calle: enumerar lo que se ve en un paseo, escribir cartas a antiguos amigos, repasar los álbumes de fotos, hacer juegos de palabras… Todos estos pequeños trucos ayudan a que nuestro cerebro no deje de trabajar y no perdamos memoria.
Una forma muy eficaz de entrenar la memoria es contar historias del pasado. Tanto si se es joven, como si se está en la mediana edad o ya se es abuelo, siempre hay cosas que contar, a los amigos, a los hijos, a los nietos, etc. Incluso, si la vida social falla, se puede seguir adelante con este truco escribiendo un diario en el que poder plasmar los recuerdos de cada día.