Entre discrepancias realizan corridas de toros en la Feria Internacional de San Sebastián
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Una batalla entre empresarios taurinos y organizaciones protectoras de animales (antitaurinos), se ha evidenciado en la ciudad de San Cristóbal en los últimos días, donde desde 1.967 a las corridas de toros con motivo de la Feria Internacional de San Sebastián (Fiss) se les ha conocido como la “fiesta brava”.
La diputada de la Asamblea Nacional, Karim Vera, precisó que en las últimos días, se evidenció una diatriba entre el gobernador chavista del estado Táchira, Freddy Bernal y el fiscal del Ministerio Público del régimen, Tareck William Saab, por las corridas de toros.
Para Vera, esto solo evidencia dos visiones distintas de la realidad del país, dónde Bernal promueve los ciclos taurinos al ser un evento tradicional en el marco de la Fiss, mientras que Saab intentó evitar el uso de toros de lidia. “En medio de esta diatriba queda una parte de la ciudadanía tachirense que está acostumbrada a la feria de gigante”, concluyó.
Para este año, la voz de protesta nuevamente fue elevada por los antitaurinos y escuchada por el fiscal del Ministerio Público del régimen, quien a través de sus redes sociales el pasado 20 de enero publicó la solicitud de una medida precautelativa a favor de los toros de lidia y personas con acondroplasia (personas con condición de enanismo).
Mientras Freddy Bernal, desde la semana pasada aún sin haber sido publicada una decisión por parte del Ministerio Público, aseguró que las corridas de toros sí se realizarían. “Respetamos la opinión del señor Físcal de la nación, respetamos a los poderes públicos, pero no hay ninguna decisión firme al respecto”, declaró.
Tras estas declaraciones y 48 horas después de la petición Tareck William Saab, el Tribunal Sexto de Primera Instancia de Control del Circuito Judicial en Táchira, a cargo del juez Gerson Niño, la declaró sin lugar, por tanto fueron aprobdas las corridas de toros para la edición LVII de la Fiss y negada la solicitud del Físcal del régimen, quien se ha mostrado en los últimos años ante la opinión pública como fiel defensor de los animales.
Toreros españoles
Españoles como, Enrique Ponce, Tomás Campuzano, José Ortega Cano, Pedro Gutiérrez, Miguel Ángel Petera; los venezolanos José Nelo Leonardo Benítez, y Jesús Enrique Colombo son solo algunos de los diestros que han hecho el paseíllo en el albero de San Cristóbal a quienes gritan “olé” con cada movimiento del capote.
Este ciclo de coloquios taurinos aplaudido por los aficionados ha dejado por años un sin sabor en los defensores de los animales, quienes califican como maltrato este tipo de actividad arraigada en la entidad. Anhelan su erradicación total en todo en el país.
Los antitaurinos, piden conservar la integridad física del ganado y evitar el ingreso de niños y adolescentes a la Plaza Monumental de Pueblo Nuevo, cuya capacidad es de más de 17 mil personas.
Progreso e ingresos
El cronista taurino, Leonardo Hernández señaló que, por más de 50 años, San Cristóbal ha servido como espacio para recibir a toreros de talla internacional, quienes con su vestuario, forma de torear hacen que, “la fiesta brava sea un espectáculo de arte y cultura”.
“La tradición taurina viene desde la época colonial pues cuando se libró la Batalla del Lago, Simón Bolívar festejó ese triunfo con una corrida de toros y a raíz de ello todo esto se fue expandiendo en todo el país” dijo.
El evento puede durar entre tres y tres horas y media, donde son lidiados entre cuatro y ocho animales en cada una de ellas. A cada matador le toca 2 reses.
La actividad representa una alta inversión debido a los costos del animal, cuyo precio en el mercado es de más de 1.500 dólares cada uno, siendo una raza que es producida solo por cuatro ganaderías en la región.
“La fiesta brava significa progreso, ya que engloba a una gran cantidad de personas que van desde los que producen el toro hasta el carpintero que arregla la plaza, el electricista que arregla la luz en ella, los que venden chucherías, venden cerveza, y hasta el sacerdote que acude a la plaza, esto en el caso que muera un torero, pues será el padre quien le dé en la capilla los santos óleos” expresó.
Para el cronista, realizar una corrida de toros abarca más de 4 mil empleos de forma directa e indirecta, por lo que consideró que con cada evento se generan muchos recursos que benefician a centenas de ciudadanos en el estado.
Hoy día, una corrida de toros tiene un costo de 20 dólares los asientos altos, y 80 dólares los asientos bajos, siendo estos los más demandados por los asistentes, ya que son los más cercanos al toro y al matador.
Al evento no solo acuden tachirenses, también hombres y mujeres del interior del país, y otros que vienen desde Colombia y otros países.
“Los toros de lidia son unos de los mejores animales del mundo, esto debido a los cuidados a los cuales son sometidos, se cría en una buena pradera, con un excelente alimento y bajo ciertos protocolos veterinarios, es decir, es un animal que recibe un trato muy especial”, apuntó.
Como aficionado, manifestó sentir alegría por los colores de la vestimenta del matador que son apreciados durante una corrida, además, de todo el desarrollo de la jornada dónde “el toro ataca y el torero se defiende, y viceversa”.
A su juicio, los antitaurinos deben ir a los mataderos para observar como es sacrificado el ganado.”Allí sacan la res, la inmoviliza hasta que llega el matarife y lo apuñala con un cuchillo en el cuello para que se desangre, donde él no tiene oportunidad de defenderse, mientras que en la fiesta brava se le da oportunidad al toro de que se defienda” acotó.
Hernández, mencionó que está demostrado científicamente que durante una corrida la adrenalina del animal es tan fuerte que el umbral del dolor lo pierde.
Igualmente, Hugo Quintero, gerente general de Fiesta Brava, empresa organizadora de los eventos taurinos en San Cristóbal declaró que el toro de lidia no solo sirve como alimento luego de haber muerto en la plaza también permite dar empleo previamente a todas las personas que componen este gremio con más de cinco décadas en la región.”
“Esto es fundamental decirlo si no existieran las corridas la tauromaquia, se acabara el toro de lidia, pues no existe más nadie que quiera a los animales que un ganadero, aficionado y alguien que ha invertido mucho tiempo y recursos para crear un animal que va a asistir a la fiesta brava” opinó.
Quintero calificó como “hipocresía” la actitud de los antitaurinos, quienes rechazan la matanza de la res, pero comen carne sin repudiar la forma como sin sacrificados en un matadero.
“Ellos quieren humanizar a estos animales que han nacido para esto, por lo cual no existe sadismo, ya que los aficionados son las personas más cultas que puede haber, puesto que el fin de las corridas no es recrearse ni ser sádico en torno a la muerte del toro, todo esto es parte importante de la Lidia del toro, pues para eso existe este animal” planteó.
En las inmediaciones de la plaza Bolívar de San Cristóbal, se concentraron empresarios, aficionados, toreros, para exigir el respeto a la “Fiesta Brava”, quienes afirmaron que se trata de un patrimonio cultural del estado Táchira y de Venezuela. Quintero expuso la defensa de miles de empleos y el derecho de asistir con gusto a este tipo de actividades.
“Estamos hablando de la defensa de un evento cultural que no nos pueden quitar, y es por ello que decidimos reunirnos de manera pacífica para defender la fiesta brava que se realiza en varias partes del país”.
Las cifras según el empresario taurino, más de 6 mil toros han sido lidiados durante las corridas en la región.
En cuanto a las manifestaciones ejecutadas por los “antitaurinos”, resaltó que no se puede defender una raza que podría quedar en extinción, puesto que el toro de lidia fue creado para ser usado en las corridas y de suspenderse este tipo de actividad, los ganaderos no tendrán por qué producir este tipo ganado.
Pero, los defensores de animales argumentan que los toros de lidia han podido ser utilizados en otras actividades, tal como ocurrió durante las ferias anteriores, cuando la pandemia no permitió llevar a cabo las corridas.
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