Entender el duelo tras una pérdida: ¿Cómo superarlo?
AGENCIAS
La muerte es inevitable y eso conlleva un dolor que se muestra en el proceso de duelo, una etapa de la vida que no es como lo imaginamos muchas veces y que tiene sus fases, pero que podemos superarlo.
Para poder comprenderlo mejor entrevistamos a Lorena Alonso, doctora en Psicología, especializada en psicooncología y cuidados paliativos, que acaba publicar su primer libro ‘Más allá del dolor de la pérdida’ (Vergara), en el que explica qué es el duelo, sus fases, y cómo podemos sobrellevarlo con ayuda del mindfulness.
«El duelo es un proceso totalmente natural, universal. No es una enfermedad. Esto es importante porque muchas veces se sobremedicaliza. Realmente es un proceso por el que todos los seres humanos pasaremos a lo largo de la vida, y no solo se entiende cuando perdemos a un ser querido, si no que tiene lugar frente a cualquier tipo de cambio que requiera de unas adaptaciones como una ruptura de pareja o un despido laboral», advierte.
El significado de duelo es dolor, según insiste, un dolor que conlleva esos cambios vitales, que es «totalmente natural». Es más, destaca que todo lo que sintamos en este proceso de duelo es lícito, y además cada persona lo puede experimentar con matices diferentes: «Pero la investigación habla de algunos sentimientos concretos o de algunas reacciones fisiológicas, o de conductas determinadas, y es importante normalizarlo, entenderlo como parte del proceso».
Cuánto cuesta superar un duelo
Preguntada sobre cuánto cuesta superar un duelo, Lorena Alonso remarca que, poco a poco, este dolor va cicatrizando, se aprende a convivir con esa pérdida; el duelo es para toda la vida porque ese ser no está contigo, pero sí que, de alguna manera, aprendemos a convivir con ello. «Si hacemos un trabajo de integración, de interiorización y de procesar el duelo podemos encontrar esos recursos, pero no me atrevo a decir cuánto tiempo porque cada persona es un mundo», sostiene Lorena Alonso.
Según defiende esta psicóloga, la idea es llegar a la última fase, aquella en la que puedo aprender a convivir con el dolor y con la vida que tengo por delante porque tengo un sentido en mi vida que, por ejemplo, tiene que ver con mis nietos, con otros hijos, o con proyectos que me llenan de vida.
Cortesía EP
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