Enseña a tus hijos a prevenir el abuso sexual y como reconocerlo
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El Consejo de Europa alerta de que, antes de los 18, uno de cada 5 menores será o es víctima de abuso sexual infantil. Y, además, según avisa la psicóloga sanitaria y educativa Carmen Esteban, entre el 70-85% de los casos el abusador es conocido de la víctima, algún familiar o persona del entorno cercano.
Es un tema que nos inquieta como sociedad, más si eres madre o padre, y sobre el que nunca hay que bajar la guardia y enseñar a los pequeños a prevenirlo. Para ello, Carmen Esteban (@mipsicologainfantil), psicóloga especializada en la etapa perinatal, infantil y adolescencia, acaba de publicar ‘Con sentimiento. El cuerpo sólo se toca con permiso’ (Timunmas), un libro destinado a los niños a partir de los 3 años, para prevenir el abuso sexual infantil, y sobre el que la entrevistamos en Infosalus.
Una de las primeras ideas que como progenitores o tutores de un menor debemos tener claras es que nunca hay que obligar a un menor a dar un beso o un abrazo a nadie, ni aunque sea su abuelo o su tío. Explica así esta experta que la mejor herramienta contra el abuso sexual es la prevención, y ésta se logra enseñando a los niños en primer lugar a respetar su cuerpo, y a detectar cuándo les apetece dar un beso o un abrazo, y cuándo no.
«¿Tu obligarías a un adulto a dar a otro un beso?¿O a tu pareja a darle un beso a otra persona?, ¿verdad que no? ¿Por qué a los niños hay que presionarles? El problema es que hemos relacionado con signos de educación los besos y los abrazos y no debería ser así. La educación es saludar y despedirse, y, ¿por qué hacerlo a través del cuerpo? Se puede hacer a través de gestos si no le apetece dar un beso o un abrazo, y su decisión debe respetarse igual que lo hacemos con las de otras personas», destaca Carmen Esteban.
Diferenciar emociones y enseñarles qué son las zonas íntimas
Por otro lado, esta psicóloga pone en valor la importancia de enseñarles a diferenciar las emociones agradables de las desagradables, «no existen emociones positivas, ni emociones negativas», «ni tampoco buenas o malas», sino que hace hincapié en la idea de que todas nos cuidan y tienen un objetivo que promueve nuestra supervivencia. Pero como sí hay emociones que nos hacen sentir mejor que otras, hay que insistirles en identificar aquellas que nos hacen sentir mal de las que nos hacen sentir bien.
Ve fundamental, por otro lado, en enseñarles a reconocer las partes íntimas de su cuerpo para que puedan comunicarse con facilidad en caso de estar en una posible situación de riesgo. «Se les debe poner su nombre de forma correcta y explicarles que la boca, el pecho, el pene, el culo, o la vulva son partes privadas que nadie debe tocar. Si acaso mamá, papá, o el médico en caso de motivo médico, porque se está malito, o la mama para limpiar», apunta.
Aún así, según prosigue, ya cuando se hacen mayores, y con tres-cuatro años, se puede fomentar su autonomía a la hora de limpiarse las zonas íntimas, y obviamente, como padres después, revisar, pero darles esa autonomía. «A cierta edad juegan a tocar el culo o a bajarse pantalones, por ejemplo. Es aquí un buen momento para explicarles que son zonas íntimas y que no se deben exponer en público, ni tocar, ni enseñar», zanja esta psicóloga.
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