En Tumeremo temen de una nueva masacre del Ejército por orden de desalojar minas - 800Noticias
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Los habitantes de Tumeremo, estado Bolívar, sur de Venezuela, denunciaron que el comandante del Fuerte Tarabay del Ejército, dio la orden a los ciudadanos de la región de desalojar las minas cerca de la ciudad, dando un plaza hasta el 20 de diciembre.

“El señor Solís dijo que daba chance hasta el 20 de diciembre, que si no se salían de las minas, él no respondía”. Así lo manifestó Mariluz Bodrego, habitante de Tumeremo. Para ella, la orden del Teniente Coronel del Ejército Ernesto Solís, es una amenaza de masacre, como las tantas que ocurren al sur de la entidad.

 

El pasado 23 de noviembre se registró una nueva masacre contra mineros en el poblado de Ikabarú, municipio Gran Sabana, donde fueron asesinadas ocho personas.

Hasta la fecha el Ministerio Público confirmó el hecho pero no ha esclarecido la situación. Mientras que la Asamblea Nacional acusó al gobernador del estado Bolívar, Justo Noguera, de respaldar los actos de violencia en la entidad.

Por su parte, Walter Torres, capitán de la comunidad indígena de Parkupik, precisó que el Almirante William Serantes Pinto, jefe de REDI Guayana, llegó a la Gran Sabana junto a colectivos y paramilitares para arremeter contra los indígenas por negarse a entregarles el oro.

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Ayer miércoles los habitantes de Tumeremo realizaron una protesta para exigir una vez más la salida del Teniente Coronel del Ejército Ernesto Solís, a propósito de la presencia de una comisión nacional del Ministerio Público, la cual estaría investigando las denuncias en contra del comandante del Fuerte Tarabay.

“Ellos (Ejército) me mataron a mi único hijo”, aseguró mientras lloraba desconsoladamente Emma López. El fin de semana en que ocurrió la matanza en Ikabarú, su hijo Emmanuel González, de 35 años, fue asesinado.

“Él se fue para mantenernos y darnos una vivienda porque no teníamos con qué. Él era mi único hijo, mi único sustento y el de mi nieta. Lo enterré el sábado y hay otros dos muchachos de San Félix que no aparecen”, reseñó el Correo del Caroní.

Los pobladores afirman que constantemente desaparecen personas en las minas. Aseguran que desde que el Ejército tomó las minas de la zona de Corregente, tampoco pueden entrar a buscar cuerpos. Hay víctimas que, aunque parientes tienen la certeza de su asesinato, nunca les entregan el cuerpo para dar sepultura. “Aquí hay que velar a los muertos con una foto solamente”, afirman pobladores.

Es tanta la desconfianza hacia las autoridades, que para la mayoría de las personas, la paz solo la tienen con los grupos llamados ‘sindicatos’ o para ellos el ‘sistema organizado’.

“Con ellos nadie te roba, nadie te mata, todo se cumple, porque ellos también están tranquilos trabajando en las minas. Pero esta gente del Ejército se roba el oro de los mineros, se mete a las casas a robar la comida, matan gente, los desaparecen”, comentó un habitante del pueblo.

Deysi Castillo enterró a su hermano David, de 27 años, hace ocho días. Su cuerpo tenía dos impactos de bala, uno en la pierna y otro en la espalda.

Contó que el informe alega resistencia a la autoridad, pero quienes lograron escapar le aseguraron que nunca hubo voz de alto, tampoco enfrentamiento. “Cuando hay enfrentamiento los tiros son de frente, no de espalda”.

El pueblo amenaza con trancar la troncal 10 hasta lograr la salida de Solís y evitar el cierre de todas las minas del municipio, ya que ven en ellas su única posibilidad de sustento.

 

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