En Grecia, el dinero ya no sirve sino para lo esencial
Se acabó lo superfluo. Seis días después del inicio del control de capitales, los griegos, que pueden retirar dinero de manera limitada, sólo gastan en lo estrictamente necesario: comida, gasolina o medicamentos.
Las estanterías de los almacenes están vacías. El papel higiénico, las pastas, las legumbres secas, la leche concentrada… Falta todo, todo desapareció.
En un supermercado de los suburbios acomodados de Atenas, en Glyfada, algunos vecinos parecen tener pánico y se lanzan a la caza de productos de primera necesidad, constató un fotógrafo de la AFP.
Aunque todas las grandes tiendas no han llegado hasta ese punto, el límite de retiro bancario a 60 euros por día y por persona, impuesto por el gobierno para impedir el hundimiento de los bancos, ha convertido a los griegos en más economizadores.
Y un día antes del referéndum sobre la propuesta de austeridad sometida a Grecia por la Unión Europea y por el FMI a cambio de la prolongación de su ayuda financiera, algunos se mostraban reservados, signo de una latente angustia sobre el futuro.
En un supermercado del barrio de Pangrati, Alexandros Kakavas, un cliente, observa que los comportamientos han cambiado.
«He venido dos veces esta mañana y he visto a mucha gente haciendo compras, en particular arroz, pastas, cosas que pueden conservarse mucho tiempo», dijo Kavakas.
«Creo que esto va a ser más grave si los bancos no abren, y no van a abrir pronto», agrega Kavakas con cierto temor ya que no está convencido de que el control de capitales sea levantado el martes 7 de julio como previsto.
Las estanterías seguían bien surtidas, con excepción de leche concentrada, café y azúcar, que fueron agotados por los clientes.
Las compras con tarjeta son un medio rechazado en muchos pequeños comercios, cafés y restaurantes de la capital, según testimonios concordantes.
MEDICAMENTOS EN CASO DE NECESIDAD
«Todo el mundo trata de reducir sus compras», explica Manos. «La gente reduce sus salidas, los aperitivos, las vacaciones, pero los gastos de la vida cotidiana, comprar comida o gasolina para el vehículo, no pueden evitarse», agrega.
«Compramos comida, únicamente comida, nada más, solo lo indispensable para el hogar», dice Marilena, empleada de un almacén de juguetes del centro de Atenas, que ve menos clientes en estos tiempos. Es cierto que con el comienzo del verano algunos salieron de la capital y otros regresaron a sus regiones para ir a votar el domingo.
«Los cuatro últimos años fueron muy difíciles para la mayoría de la gente. Aprendimos a vivir con menos dinero, tenemos necesidades, nos adaptamos por supuesto, no podemos hacer nada más», advierte.
En un país que se basa mucho más que otros en el «cash», el dinero reposa por ahora en los bolsillos o en los cajones de los griegos.
«No hay billetes en circulación», deplora Theodor Veletzas, chofer de taxi, que carece de clientes.
Un negocio, en cambio, vio aumentar sus clientes: la farmacia de Yannis Triantaphilou, en el centro de Atenas.
«La gente se preocupa por tener algo que comer y no carecer de medicinas, por eso aumentan los clientes» aquí, dice.
Aspirina, analgésicos, medicamentos contra la presión arterial… «Compran medicamentos por si es necesario», añade.
¿Hasta cuando? Nikos Archondis, de la asociación panhelénica de exportadores, está preocupado: «si las ventas aumentaron en los últimos días, es a causa de la temporada turística. Pero los productos perecederos, carne, quesos, frutas y legumbres, pueden escasear la semana próxima», asegura a la AFP.
«Algunos supermercados están muy inquietos porque no saben como va a evolucionar la situación» en los próximos días, agrega.