Un agricultor belga ha desplazado sin querer la frontera entre Bélgica y Francia en 2,29 metros. Lo hizo accidentalmente mientras trabajaba en la localidad de Erquelinnes y movió una piedra de 150 kilos para agrandar su terreno y pasar con su tractor.
El granjero de ese municipio del sur de Bélgica que toca con el norte de Francia modificó así una frontera delimitada por el Tratado de Courtrai de 1820 y agrandó el territorio belga, en beneficio de su pueblo y en detrimento del francés Bousignies-sur-Roc.
La alteración en la cartografía fue descubierta por un grupo de aficionados a la Historia, Jean-Pierre Chopin, Philippe Fayt y Jean-Paul Maieu, cuando recorrían el lugar con mapas de la época. La piedra en cuestión, grabada con la fecha de 1819, establece cómo quedó registrada esa frontera tras la derrota de Napoleón en 1815 en la localidad belga de Waterloo, antes de la formación de Bélgica como Estado en 1830.
Según han contado algunos de sus vecinos a medios franceses, el agricultor habría movido la roca para poder maniobrar mejor con su tractor, pero otros testimonios apuntan a que lo hizo para agrandar su terreno.
El alcalde de la localidad ha expresado a través de Facebook su voluntad de colocar nuevamente la enorme piedra en su sitio original. «Se ha movido el límite de 1819, se amplía Bélgica y nuestro municipio. Los franceses obviamente no están de acuerdo, tendremos que volver a poner la cosas en su sitio», ha explicado en su red social.
Así, las autoridades belgas contactarán con el granjero para pedirle que vuelva a poner la piedra en su sitio y evitar que Bruselas incurra en un conflicto fronterizo con el país vecino y que el agricultor tenga que responder ante un tribunal penal. «Pero si muestra buenas intenciones no tendrá ningún problema, solucionaremos esto de manera amistosa», ha declarado el alcalde al diario local Sudinfo.