Empresario ruso asesinado en marzo sufrió envenenamiento previo, según prensa
EFE
Un empresario ruso exiliado en el Reino Unido que fue asesinado por estrangulamiento en su casa de Londres el pasado marzo fue víctima de un intento de envenenamiento previo por parte de compatriotas, informa este sábado «The Guardian».
Según el periódico, la Policía, que no ha hallado aún a los culpables del estrangulamiento de Nikolai Glushkov el 12 de marzo, investiga ahora ese posible envenenamiento, presuntamente ocurrido en noviembre de 2013 en un hotel de Bristol (oeste inglés).
El propio Glushkov, parte de un grupo de exiliados rusos críticos con el Gobierno del presidente Vladimir Putin, contó a los servicios de emergencia que le atendieron cuando enfermó en la habitación del hotel que creía haber sido envenenado por dos rusos con los que había bebido champán ese día.
Sin embargo, en ese momento la Policía no prestó atención a esa posibilidad, apunta «The Guardian», que recoge el testimonio del sanitario a quien la víctima relató lo ocurrido.
Exiliado en el Reino Unido en 2010 tras cumplir condena en Rusia, Glushkov era amigo del oligarca ruso Boris Berezovsky -otro fugitivo del Gobierno de Putin-, de cuya muerte por aparente suicidio el 23 de marzo de 2013 acusó públicamente a Moscú.
El asesinato del exdirectivo de la aerolínea rusa Aeroflot en Londres se produjo ocho días después de que el pasado 4 de marzo el exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia fueran envenenados con el neurotóxico Novichok en la población inglesa de Salisbury, un ataque que el Gobierno británico atribuye al Kremlin.
Otras tres personas resultaron intoxicadas accidentalmente con la misma sustancia, una de las cuales murió el 8 de julio.
El pasado miércoles, la Policía británica dijo que había identificado a los dos sospechosos del envenenamiento de los Skripal como los agentes del Servicio de Inteligencia Militar de Rusia (GRU) Alexander Petrov y Ruslán Boshírov, aunque aclaró que posiblemente sean nombres falsos.
La primera ministra, Theresa May, declaró en la Cámara de los Comunes que «casi seguro» la operación fue aprobada «al más alto nivel del Estado ruso».
El caso Skripal recuerda a otro ocurrido en el Reino Unido, cuando el también ex agente secreto ruso Alexander Litvinenko murió el 23 de noviembre de 2006 después de ser envenenado con polonio 210 radiactivo, delito del que las autoridades británicas acusaron a los servicios secretos rusos y al Kremlin.