ELN acusa a Duque de acabar con el proceso de paz en Colombia
Agencias
La guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) acusó al presidente de Colombia, Iván Duque, de acabar con el proceso de paz, al desconocer acuerdos y plantear «condiciones inaceptables» para retomar la mesa de diálogos en Cuba.
«Al desconocer los acuerdos hechos con el Estado y colocar unilateralmente, condiciones inaceptables, este gobierno está cerrando esta mesa, acabando el proceso de diálogos y los esfuerzos hechos desde hace varios años por el ELN, la sociedad, el anterior gobierno y la comunidad internacional», dijo en su página eln-voces.
El presidente Duque, quien asumió el poder hace un mes, aseguró el sábado que el plan de paz que se desarrollaba en Cuba solo será retomado por el nuevo gobierno si la guerrilla libera antes a «todos los rehenes» que mantiene.
El gobernante ató la suerte de las negociaciones que inició el ELN con su antecesor, el nobel de la Paz Juan Manuel Santos, no solo a que libere a los seis secuestrados que restan de un grupo de nueve que había ofrecido devolver, sino a todas a las personas en su poder.
En su comunicado, el ELN aseguró que otorgar a los militares el manejo de las liberaciones y negarse a un acuerdo para los protocolos de entrega, puso en riesgo la vida de los detenidos.
Con una fuerza de unos 1.500 combatientes y una extensa red de apoyo, el ELN ofreció liberar por su propia cuenta y pese a la falta de acuerdos a nueve policías, militares y civiles que capturó en agosto, al término de los diálogos que mantuvo durante año y medio con Santos.
El miércoles devolvió a tres militares, que según el alto mando castrense habían sido interceptados de civil y desarmados en Arauca, cerca de la frontera con Venezuela.
«Tan pronto encontremos la forma de sobreponernos a los fuertes operativos de las Fuerzas Armadas en el Chocó, cumpliremos con estas liberaciones» que faltan, explicó el ELN.
El gobierno calcula que por lo menos son 16 los rehenes en manos de la agrupación guevarista, que históricamente se ha financiado con secuestros y extorsiones para sostener un levantamiento armado de más de medio siglo.
Reconocida oficialmente como la última organización guerrillera en Colombia, las autoridades creen que también se ha financiado con el narcotráfico y la minería ilegal.
– Persistir en el diálogo –
La guerrilla pidió reiniciar el diálogo «sin más dilaciones» y que «si hay que ajustar lo que traemos, lo acertado es que nos sentemos las dos partes, dialoguemos y de común acuerdo hagamos los ajustes que se requieran».
«Nosotros persistiremos, en este proceso de diálogo, nuestra delegación (en La Habana) sigue activa y a la espera de su continuidad, seguiremos buscando salidas y opciones de paz», agregó.
El ELN es la última agrupación que queda tras del auge de las guerrillas que surgieron en los sesenta con el apoyo de la Revolución cubana.
Ello, después el desarme y transformación en partido de las FARC, otrora la organización armada comunista más poderosa de América, que firmó la paz con Santos.
Un acuerdo final con el ELN terminaría con el último conflicto interno en América, que deja ocho millones de víctimas entre muertos, desparecidos y desplazados, si bien aún operan disidencias de las FARC y bandas del narcotráfico.
Más allá de que el ELN cumpla con la exigencia impuesta por Duque -algo que riñe con la posición de su cúpula de no ceder a exigencias unilaterales- el gobernante también aspira a que se fije una «agenda clara y unos tiempos definidos» que conduzcan a su desarme.
Además, desde que llegó al poder, ha mencionado que pretende un proceso que empiece por un cese unilateral de todas «las acciones criminales con estricta supervisión internacional».
Duque incluso ha hablado de una «exploración» y no de un acuerdo de paz como el que venían sosteniendo Santos y el ELN desde febrero de 2017, tiempo en el cual solo lograron pactar un alto al fuego bilateral de 101 días.
Ante ello, el ELN pidió al gobierno que no reduzca su accionar a «simples actividades criminales», buscando desarmarlos y desmovilizarlos, «mientras que todo el resto de la realidad del país sigue igual».
«Presidente Duque, tenga en cuenta que la insurgencia es el fruto de condiciones económicas, políticas y sociales, no resueltas a lo largo de la historia de Colombia y que de no resolverse se perpetuaría el alzamiento armado», aseguró la organización.