¿Eliges siempre el mismo tipo de pareja? Pregúntate por qué
Agencias
Si eliges al mismo tipo de pareja y te has dado cuenta, has dado un gran paso.
Muchas veces, culpamos a la otra persona de la relación o, incluso, nos quejamos por la mala suerte que tenemos cuando, en realidad, nosotros estamos eligiendo.
¿Qué rasgos presentan todas nuestras parejas? ¿Qué problemas hemos tenido en todas las relaciones que hemos mantenido?
Analizar y percatarnos de cuál es el denominador común de todas nuestras relaciones nos permitirá ser más conscientes de ellas.
Cuando nos damos cuenta de que elegimos al mismo tipo de pareja, tendríamos que echar una mirada hacia nuestra infancia, etapa donde se gestan las heridas y los traumas, y fijarnos en cómo era la relación de nuestros padres.
Esto deberíamos hacerlo porque la relación de nuestros padres fue nuestro primer modelo de relación y, aunque no nos hayamos dado cuenta, hemos reproducido varias actitudes que entre ellos mantenían.
Seguramente, quizás pensemos que, en realidad, hemos hecho todo lo contrario. Por ejemplo, nuestros padres se han mantenido unidos toda la vida y, en cambio, nosotros no queremos comprometernos con nadie.
Puede pasar, pero incluso en este aspecto ha influido esa relación que hemos tenido como modelo. Pues nuestros valores o nuestra manera de ver las relaciones, nos ha llevado a girarle la espalda a ese modelo de relación y buscar todo lo contrario.
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¿Con qué tipo de parejas te has encontrado? ¿Maltratadores? ¿Personas que no querían compromiso? Piensa, una vez hayas respondido a estas preguntas en la relación de tus padres.
Quizás había un rol de dominación-sumisión, quizás existió una infidelidad por parte de ambos… Cada experiencia familiar es distinta, pero todas arrojan mucha luz sobre las relaciones que has mantenido hasta el momento.
Las heridas de la infancia nos marcan
Si la relación que había entre nuestros padres era nociva, de alguna manera nosotros arrastraremos inseguridades y miedos que repercutirán en nuestras relaciones.
A continuación vamos a poner algunos ejemplos:
- Si en la relación de mis padres había falta de compromiso, quizás mis relaciones deriven en una gran dependencia emocional hacia mis parejas.
- Uno de mis progenitores maltrataba al otro, así que en mis relaciones o adopto una posición sumisa (encontrándome con maltratadores) o una posición de maltratador.
- Si mis padres se separaron y eso lo viví de una manera traumática, quizás tenga un gran miedo al compromiso.
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Las heridas que se originan en la infancia, determinadas por esa relación que tenemos como modelo, son las que en la edad adulta aflorarán y harán que escojamos siempre el mismo tipo de pareja.
Sin embargo, podemos dejar de hacerlo. Veamos cómo.
Abandonando la repetición de patrones de pareja
Si las relaciones que tenemos no nos satisfacen, si el mismo tipo de pareja que elegimos siempre nos hace tener una relación tóxica, es el momento de terminar con esto, porque podemos conseguirlo.
Para empezar, tenemos que ser conscientes de que nosotros elegimos a nuestras parejas. Estas no llegan a nuestra vida por casualidad.
Hay muchas personas que se cruzan con nosotros cada día. Sin embargo, siempre terminamos como pareja de solo un tipo que siempre se repite. No parece mucha casualidad…
También, tenemos que evitar empezar a culpar. Muchas personas culpan a sus padres de que tengan carencias, inseguridades y miedos. No obstante, ellas son responsables de su vida. Está en sus manos cambiar la situación.
Sobre todo, hay que hacerse consciente de ella. Tenemos que sanar, también, todas nuestras heridas. Ya sea aumentando nuestra autoestima, lidiando con nuestras inseguridades…
Luego viene lo más difícil:Abrir bien los ojos cuando estamos conociendo a alguien y analizar viejas actitudes para no caer de nuevo en ellas.
Podemos pedir la ayuda de un psicólogo para asegurarnos de no volver a elegir el mismo tipo de pareja.