Elecciones de Honduras entre la incertidumbre y la confrontación
EFE
A una semana de las elecciones generales en Honduras, el ambiente sigue siendo de incertidumbre por la campaña de confrontación e incitación al odio que ha marcado el proceso y el temor de muchos a que ninguno de los principales candidatos presidenciales acepte el resultado del otro.
Organismos de derechos humanos e instituciones como las iglesias han expresado su preocupación porque durante el proceso electoral, este año, han muerto de manera violenta una treintena de aspirantes a cargos de elección popular, entre ellos el alcalde del municipio de Cantarranas, cerca de Tegucigalpa, Francisco Gaitán, el pasado día 13, quien buscaba su quinta reelección.
«Lo que hay es un proceso violento, no necesitamos el día de las elecciones para ver la violencia que está pasando todos los días», dijo a Efe en Tegucigalpa el director del Instituto Holandés para la Democracia en Honduras, Luis Daniel León.
POLÍTICOS PROPICIAN LA CONFRONTACIÓN Y EL ODIO
Más de 5 millones, de los 9,5 millones de habitantes que tiene Honduras, han sido convocados para los comicios del 28 de noviembre para elegir a un presidente, tres vicepresidentes, 298 alcaldías municipales, 128 diputados al Parlamento local y 20 al Centroamericano.
En la contienda participan 14 partidos y 12 candidatos presidenciales, de los que, según sondeos de opinión, solo Xiomara Castro, del Libertad y Refundación (Libre); Nasry Asfura, del Nacional, en el poder, y Yani Rosenthal, del Liberal, en tercer lugar, tienen posibilidades de ganar.
En un país con baja escolaridad y sin cultura política, muchos de los candidatos a cargos de elección popular son la negación de la democracia, porque promueven la violencia y el odio contra sus contendientes, en vez del debate, al que rehuyen.
De esa confrontación son protagonistas líderes de los tres partidos con más seguidores, en una Honduras cuyos gobernantes, desde 1982, no han resuelto los graves problemas de pobreza, miseria, injusticia, violencia, narcotráfico, corrupción, impunidad y una sociedad dividida, entre otros.
Honduras lleva 40 años de haber retornado al orden constitucional que no han sido de verdadera democracia. Los problemas que sufre el país actualmente ya existían, pero no con la magnitud de ahora.