El Vaticano juzga a los activistas que se pegaron al Laocoonte - 800Noticias
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800 Noticias | EFE

El Tribunal de la Ciudad del Vaticano retomó hoy el juicio contra los activistas medioambientales que en agosto de 2022 pegaron sus manos a la famosa escultura del Laocoonte para protestar contra la crisis climática.

«El Laocoonte, expuesto en los Museos Vaticanos, es una obra de renombre mundial y por eso elegimos hacer la protesta allí», aseguró a EFE la activista Ester Goffi, de 26 años, integrante del colectivo «Ultima Generazione» y acusada en el proceso.

El pasado mes de marzo se convocó una primera audiencia, pero ninguno de los imputados acudió en protesta por la incapacidad de escoger libremente sus propios abogados, ya que su defensa debe estar autorizada a ejercer en la jurisdicción vaticana.

Además de Ester, también está imputado por pegar sus manos a la base del Laocoonte Guido Viero, de 61 años, y Laura Zorzini, la activista que grabó la protesta con su teléfono, que fue requisado.

«Estoy bastante agobiada, por supuesto, pero también tranquila porque siento que tengo razón en lo que estamos haciendo. Me impulsa un profundo sentido de la justicia y el hecho de que no podemos permanecer inmóviles ante esta crisis climática», explicó Goffi minutos antes de entrar en dependencias vaticanas.

La acción de sensibilización contra la crisis climática tuvo lugar en la mañana del 18 de agosto de 2022, cuando Guido y Ester pegaron sus manos a la base del Laocoonte, un grupo escultórico de época romana, del 40 a.C, que representa al famoso sacerdote troyano y a sus hijos devorados por serpientes marinas, como narra La Eneida.

Según la acusación, usaron «un adhesivo sintético particularmente fuerte y corrosivo» en un monumento de «inestimable valor histórico y artístico».

El ordenamiento jurídico vaticano prevé para este delito penas de reclusión de desde un mes a tres años y multas de hasta 3.099 euros.

«Nos arriesgamos a algún año de cárcel en el Vaticano», alertó hoy Guido Viero a los medios de comunicación.

De acuerdo con el activista, el Vaticano ha estimado en 15.000 euros los daños causados a la obra, una cantidad abultada ya que, alegaron que el pegamento era una «cola instantánea que se pudo retirar fácilmente con acetona» y nunca tocaron la escultura, solo su basamento.

«No parece justo porque nos hemos pegado a la base del Laocoonte, donde también hay un adhesivo con un código QR», señaló.

Los activistas, que se reunieron antes de que la Fiscalía arrancara con la lectura de cargos, señalaron las últimas inundaciones de la región de Emilia Romaña, que se saldaron con 15 muertos, como una evidencia de la crisis climática y de la pertinencia de sus protestas.

En el último mes, las protestas de «Ultima Generazione» se han intensificado: esta semana, un grupo de 11 personas se manifestó ante el Senado y dos mujeres se cubrieron de barro; el fin de semana arrojaron tinta negra en la Fontana di Trevi de Roma y unos días antes hicieron lo mismo en la Fuente de los Cuatro Ríos de Piazza Navona.

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