El tráfico de órganos se aprovecha de la migración en Sudamérica
Redacción 800 Noticias
La crisis migratoria que azota a América Latina ha generado un preocupante desafío, el tráfico de órganos. La vulnerabilidad de las personas en tránsito, sumado a la desesperación por mejorar sus condiciones de vida, las convierte en blancos fáciles para las redes criminales que se dedican a este macabro negocio.
La falta de regulación en algunos países, la corrupción y la pobreza extrema son factores que agravan esta problemática, convirtiendo a América Latina en una región especialmente vulnerable ante este delito que atenta contra la dignidad humana.
María Amalia Matamoros se encontró en una situación difícil a finales de junio de 2024, cuando recibió un mensaje de su amigo Marcos*, preguntándole si era posible vender un órgano por hasta 200.000 dólares.
Matamoros, cirujano costarricense y expresidente de la Sociedad de Trasplante de América Latina y el Caribe (STALYC), le dijo a Marcos que era ilegal y le advirtió sobre los peligros de explotación y operaciones fallidas.
Las crecientes tasas de inmigración informal en América Latina hacen que la región sea cada vez más vulnerable al tráfico de personas con fines de extracción de órganos. Sin embargo, la dinámica criminal que subyace a esta industria depredadora es poco conocida debido a la falta de denuncias y otras dificultades que enfrentan las autoridades para combatir el problema.
Cómo funciona
Los órganos en cuestión son casi siempre los riñones, que tienen una gran demanda debido a las crecientes tasas de enfermedades renales relacionadas con la diabetes.
Según la Fundación Internacional de Diabetes , el número de personas de entre 20 y 79 años con diabetes en América Latina aumentó de 8.533.300 en 2000 a 32.497.100 en 2021. Esto no se ha reflejado en un aumento de la oferta de riñones disponibles legalmente, lo que ha creado listas de espera cada vez más largas y un mercado negro de trasplantes ilegales.
Matamoros dijo que los incentivos financieros para que los profesionales médicos realicen trasplantes de órganos ilícitos son significativos.
“Cuando dirigía un hospital privado en Costa Rica en 2012, llegó un grupo de intermediarios estadounidenses y me dijeron que tenían alrededor de 1.000 pacientes en Arizona, cada uno con un donante, pero que no podían realizar los trasplantes en Estados Unidos. Entonces, me ofrecieron pagarme alrededor de 59.000 dólares por paciente, por la cantidad de pacientes que pudiera atender por semana”, relató.
La migración alimenta el mercado
Las constantes oleadas de migración dentro y a través de América Latina han proporcionado a los traficantes de personas una vasta oferta de posibles reclutas para la obtención de órganos. En algunos casos, las propias víctimas se convierten en reclutadores.
Marcos, amigo de Matamoros, al igual que miles de personas más, es el objetivo ideal para los reclutadores de donantes de órganos debido a su precaria situación financiera y migratoria. Matamoros dijo que un migrante nicaragüense se acercó a él y le ofreció ponerlo en contacto con médicos que pudieran realizar el procedimiento en un “lugar secreto”.
Además, la falta de educación o familiaridad con el contexto local puede hacer que los migrantes sean susceptibles a mentiras y engaños.
Con información de Insightcrime
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