El terrible final de la letona que viajó a India para un tratamiento de rejuvenecimiento
Con información de Infobae
Según la policía, Liga Skromane fue asesinada por dos hombres que la violaron previamente y que luego perpetraron una carnicería con su cadáver.
En febrero, esta mujer nacida en Letonia pero residente en Dublin, Irlanda, había llegado a una ciudad india para tratarse en uno de los populares «centros de rejuvenecimiento» de la región de Kerala. Viajó junto con su hermana Ilze.
Sin embargo, días después de su arribo fue a una playa local y desapareció.
Según los reportes de la prensa local, estaba en un centro de yoga con Ilze cuando, por motivos que no le comunicó a nadie, abandonó el lugar.
Su pareja Andrew Jordan, dos años mayor, inició entonces una búsqueda desesperada. Tenía un mal presentimiento y sospechaba que había sido secuestrada para extraerle sus órganos para la venta en el mercado negro.
Decidió viajar a Nueva Delhi en marzo. «Caminé por esas calles y hay una gran posibilidad de que haya sido secuestrada. Hay un conocido tráfico de órganos de ese país a través del mercado negro», le dijo Jordan al diario irlandés Sunday Mirror.
Los temores del hombre tardaron muchas semanas en confirmarse, aunque la teoría de los investigadores indios no se refiere al tráfico de órganos sino a un caso de violación perpetrado por traficantes de drogas.
El 20 de abril, el cuerpo de la mujer fue hallado sin vida y en estado de descomposición avanzado.
La hipótesis postula que Liga fue interceptada por dos narcotraficantes locales, que le ofrecieron o le obligaron a consumir algún tipo de fármaco. Luego la violaron y decapitaron, para después abandonar su cuerpo colgado de un árbol por los tobillos.
Así estuvo a merced de las bestias durante un tiempo indeterminado. Cuando lo encontraron, justo el día del cumpleaños de Ilze, era irreconocible.
Su hermana y otros conocidos la identificaron por los restos de las ropas que aún conservaba.
Hay dos sospechosos arrestados por este crimen, en medio de una ola de violaciones que no se detiene en el país asiático, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por luchar contra una práctica tan aberrante como habitual.