El rebrote de la COVID-19 en Melbourne impacta a los centros de ancianos - 800Noticias
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EFE

El rebrote de la COVID-19 en la ciudad australiana de Melbourne se cobró en las últimas 24 horas la vida de 11 residentes en centros de ancianos, donde se registran unos 1.200 casos activos.

El jefe del gobierno del estado de Victoria, Daniel Andrews, explicó este lunes que se han registrado 439 nuevas infecciones, con lo que la región acumula 12.376 infecciones de los casi 18.800 casos confirmados en Australia desde el inicio de la pandemia.

Asimismo, aclaró que los 11 fallecimientos «están vinculados a los centros de cuidados de ancianos», que se han convertido en focos de infección, especialmente el St Basil’s Homes de Melbourne, donde se han registrado más de un centenar de casos y todo su personal fue puesto en cuarentena por primera vez en Australia.

Este sector «sigue siendo un reto grande para nosotros», admitió Andrews, al explicar que un vasto número de enfermeras del sistema hospitalario público han asumido cientos de turnos en esos centros para brindar «la mejor atención a los residentes» afectados.

El sector del cuidado de ancianos principalmente emplea a mujeres, entre ellas inmigrantes o titulares de visados de corta duración y que han tenido breves capacitaciones, con contratos temporales y bajas remuneraciones, lo que las obliga muchas veces a trabajar en dos centros.

La semana pasada, Andrews había dicho que «no quisiera que mi madre estuviera en esos lugares», al referirse a este sector, que comenzó a ser investigado por una comisión gubernamental que deberá entregar su informe final en febrero de 2021, tras los diversos escándalos de maltrato y la situación precaria de los residentes.

AYUDAS Y MULTAS

Ante esta situación de empleo precario, que se cree ha contribuido a la propagación del virus, el gobierno australiano anunció el lunes un «pago por desastre» quincenal de unos 1.068 dólares (907 euros) para los trabajadores de Victoria que tengan que darse de baja por la COVID-19.

Melbourne, la capital del estado de Victoria y con cinco millones de habitantes, fue reconfinada el 9 de julio por seis semanas para intentar controlar el brote de la COVID-19, que se atribuye a fallos de seguridad en la cuarentena de los viajeros internacionales.

A raíz de la alta transmisión local y el incremento de casos de origen desconocido, Andrews declaró el domingo el toque de queda nocturno en Melbourne y el estado de desastre en todo el territorio a su cargo para conferir mayores poderes a la Policía.

Para reforzar el cumplimiento de las restricciones, Andrews anunció hoy que se añade el despliegue de más de 500 soldados en Melbourne en tareas de controles casa por casa de las órdenes de cuarentena tras detectarse que de 800 de 3.000 personas que debían permanecer aisladas se habían saltado la medida, y que de reincidir podrían afrontar onerosas multas.

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