La investigación, publicada ayer, miércoles, en la revista «Nature», describe la pintura encontrada en la isla de Célebes como un grupo de figuras abstractas que combinan características humanas con otras animales, conocidas como «teriántropos», que cazan grandes mamíferos con lanzas y cuerdas.
La representación de los cazadores a través de estas figuras antropomórficas, aseguraron los expertos, puede ser además la prueba más antigua de la habilidad de nuestra especie para imaginar «la existencia de seres supernaturales, la piedra angular de la experiencia religiosa».
Hasta el momento, las imágenes reconocibles más antiguas de humanos y animales interactuando correspondían al arte rupestre descubierto en Europa proveniente del Paleolítico Superior, con una antigüedad de entre 14.000 y 21.000 años.