El presidente de Corea del Sur dice que está listo para verse dónde y cómo sea con el líder norcoreano
EFE
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, declaró que es el momento «idóneo» para convocar otra cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un, «sin importar el lugar y el formato» de cara a lograr desatascar el diálogo sobre desnuclearización tras el fiasco de la cumbre de Hanói.
«Es el momento idóneo para una cumbre intercoreana», dijo hoy Moon en una reunión con sus consejeros, según los extractos del encuentro publicados por la oficina presidencial surcoreana.
«Tan pronto como la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial del Norte) se muestre lista, espero que ambas Coreas puedan sentarse, sin importar el lugar y el formato, para debatir en detalle cómo lograr progresos que vayan más allá de las dos cumbres anteriores entre el líder Kim y el presidente (estadounidense Donald) Trump», añadió.
De este modo, Moon instó a sus consejeros a iniciar los preparativos para una nueva cumbre que supondría la cuarta reunión entre los líderes de ambas Coreas en el último año.
Los tres encuentros anteriores entre Norte y Sur y el papel de Moon como mediador ha sido fundamental para la celebración de los dos históricos encuentros que han mantenido Pionyang y Washington.
Durante la reunión de hoy, Moon repasó también la cumbre que mantuvo la semana pasada con Trump, en la que el inquilino de la Casa Blanca se mostró favorable a que se celebre una nueva cita intercoreana e incluso abierto a que en un futuro tenga lugar una a tres bandas.
El desacuerdo en la cumbre de Kim y Trump en Hanói giró en torno al número de activos armamentísticos norcoreanos a desmantelar y al volumen de sanciones que Estados Unidos aliviaría a modo de «medida correspondiente».
Washington, que abogó en favor de que el Norte desmantele sus misiles y armas químicas y biológicas (además del armamento nuclear) antes de darle concesiones, consideró insuficiente lo ofrecido por Pionyang, que pidió el levantamiento de buena parte de las sanciones a cambio de inutilizar su centro de investigación nuclear de Yongbyon.
Desde entonces tanto Washington como Pionyang se han mostrado firmes en sus respectivas posiciones, aunque a su vez han expresado su voluntad de mantener abierto el diálogo para limar sus diferencias progresivamente, incluyendo la posibilidad de organizar una nueva cumbre Trump-Kim.