El precio de la belleza: el peligro de los alisados con formol

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Hombres y mujeres sueñan con tener un pelo lacio, perfecto y sin ondas. Con el paso de los años, las técnicas en las peluqueríasfueron evolucionando y cumpliendo con las exigencias de los nuevos clientes. Sin embargo, no todos los productos son sanos para la salud ya que presentan diversas contraindicaciones a los que se exponen.

Ya sea por el proceso o por los componentes del producto, hay varias metodologías que hoy en día ponen en alerta a los más coquetos. Este es el que caso del alisado con formol, el cual contiene un químico altamente volátil y muy inflamable. No solo puede producir irritación en la piel, ojos, nariz y garganta, sino también puede causar dolor y vómitos.

Si bien los salones de belleza cambiaron su nombre a shock de queratina, botox capilar o alisado marroquí, por ejemplo, el público debe estar atento a qué tratamiento se están sometiendo.

Algunos países decidieron prohibir el uso y la manipulación de este debido a la fuerte exposición de quienes trabajan con ellos habitualmente. De hecho, quienes aún manipulan el producto, prefieren hacerlo a domicilio y al aire libre, mientras se protegen con barbijos del fuerte vapor que genera el mismo formol.

El uso del formaldehído es uno de los compuestos orgánicos básicos más utilizados por la industria química, dado su gran poder antiséptico, desinfectante y conservante. Se lo puede encontrar en esmaltes de uña, papel, madera, entre otros.

Cabe aclarar que los efectos tóxicos dependen de su concentración (expresada en ppm) y del tiempo de exposición al mismo.

Si bien aún no hay estudios epidemiológicos que demuestren relación causa-efecto sobre los casos de cáncer estudiados, hay experimentos con animales se demostraron la aparición de esta enfermedad en concentraciones continuadas superiores a 6 ppm en el aire respirado. Frente a esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que estos son los indicios suficientes para considerarlo cancerígeno.

Alerta internacional

Se notificaron distintos casos de intoxicaciones, mayormente en Sudamérica, en los que hubo mala praxis, manipulación errónea y fabricación casera de estos tratamientos. Frente a esto, las autoridades competentes de varios países empezaron a tomar medidas prohibiendo su uso o reduciendo drásticamente la concentración de formaldehído permitida en sus composiciones.

A lo largo del tiempo, los mitos comenzaron a distenderse y la imagen negativa quedó pegada a este. A partir de ahí, empezó a relacionarse formol con cáncer, y las empresas fabricantes empezaron a eliminar este componente de sus productos por el temor al rechazo generalizado, reseña Ámbito.

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