El petróleo barato pone en jaque la política monetaria de los países del Golfo
AFP
Los bajos precios del petróleo están poniendo a prueba la política monetaria de las monarquías del Golfo, que en nombre de la estabilidad prefieren de momento mantener sus divisas indexadas sobre el dólar.
Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Omán y Bahréin tienen sus monedas indexadas sobre el billete verde. Kuwait, su sexto socio en el seno del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), tiene el dinar indexado sobre una canasta de divisas, de la que forma parte el dólar.
Esta política propicia estabilidad financiera y previsibilidad en una región especialmente turbulenta, además de contener la inflación y reforzar la confianza de los inversores extranjeros.
Sin embargo, «mantener la indexación cuesta caro. El banco central tiene que estar dispuesto a comprar o vender su moneda en el mercado libre para respetar la indexación, lo cual podría reducir sus reservas en divisas extranjeras», observa M. R. Raghu, responsable de investigaciones en el Kuwait Financial Center.
«Los ingresos petroleros, que suponen el 80% de los ingresos de los gobiernos del CCG, han caído en un 70% desde mitad de 2014. Eso hace más vulnerable la indexación de sus monedas, con la bajada de las reservas de divisas», destaca este experto.
Para mantener dicha indexación, las monarquías del Golfo, con la excepción de Catar, subieron sus tasas de interés en diciembre, siguiendo la iniciativa tomada por la Reserva Federal, cuando en realidad sus economías precisaban lo contrario.
Los Estados del CCG, con la excepción de Bahréin y Omán, disponen de momento de grandes reservas que les permiten mantener la indexación. Aunque para algunos especuladores, estos países, empezando por la propia Arabia Saudita, no podrán mantener indefinidamente la indexación sobre el dólar.
Jan Randolph, analista de riesgos soberanos en IHS Global Insight, estima que estos países necesitan monedas débiles y tasas bajas de interés para apoyar sus economías, actualmente en apuros por la caída duradera de los precios del crudo, y en particular desarrollar los sectores no petroleros.
El precio de la devaluación
Algunos productores de petróleo, como Rusia, Kazajistán, Azerbaiyán y Nigeria han devaluado ya sus monedas y aumentado sus ingresos petroleros en moneda local, lo que ha ayudado a reducir su déficit presupuestario.
Sin embargo, esto también tiene su precio. La devaluación «provoca por lo general una inflación más alta, y a menudo se traduce en una pérdida de nivel de vida, lo cual puede perjudicar la estabilidad social», apuntaba Standard and Poor’s en un estudio reciente.
Según varios analistas, si los países del CCG renuncian a la indexación, algunas de sus monedas podrían perder un 20% de su valor respecto al dólar.
Eso consolidaría, en términos de moneda local, los ingresos petroleros y las reservas presupuestarias de los fondos soberanos de dichos países, destaca Sebastian Henin, responsable de gestión de activos en The National Investor de Abu Dabi.
El sector de la hostelería de Dubai podría salir beneficiado, ya que el emirato se convertiría en un destino turístico más abordable y un centro más atractivo para las empresas no petroleras, explica a la AFP.
Varios analistas esperan, además, que los Emiratos sean el primer país del Golfo en renunciar a la indexación sobre el dólar.
Otro riesgo en caso de adoptar una tasa flexible y permitir una devaluación sería la fuga de capitales, ya que «los inversores tratarían de colocar sus activos en otros mercados», observa Raghu.