El Papa pide defender la familia y trabajo para jóvenes y mujeres
EFE
El papa Francisco pidió hoy políticas para defender la familia y superar el problema del descenso de la natalidad en Europa, y trabajo para las mujeres y los jóvenes, para que no tengan que emigrar.
Francisco participó hoy en los Estados Generales de la Natalidad, una jornada organizada por Asociaciones de familias para reflexionar sobre el descenso de la natalidad en Italia, y en la que participaron algunos ministros y el presidente del Gobierno italiano, Mario Draghi.
En los últimos 12 años ha habido un descenso del 30 % en los nacimientos, de 577.000 a los 404.000 actuales, lo que supone un nuevo mínimo histórico de nacimientos desde la unificación de Italia.
«Es urgente ofrecer a los jóvenes garantías de un trabajo suficientemente estable, seguridad para el hogar, atractivos para no salir del país», dijo Francisco en su discurso en el auditorio de la avenida de la Conciliazione, a pocos metros del Vaticano.
Y esto, añadió, «es una tarea que también concierne al mundo de la economía: qué bonito sería ver crecer el número de emprendedores y empresas que, además de producir ganancias, promueven vidas, que se cuidan de no explotar a personas con condiciones y horarios insostenibles, que llegan a repartir parte de los ingresos a los trabajadores, con miras a contribuir a un desarrollo invaluable, el de las familias».
También denunció que las mujeres a veces «se desaniman» a buscar un trabajo porque quieren tener hijos o incluso «tienen que esconder la barriga».
«¿Cómo es posible que una mujer se avergüence del regalo más hermoso que la vida puede ofrecer? No la mujer, sino la sociedad debe estar avergonzada, porque una sociedad que no acoge la vida deja de vivir», subrayo.
«¡Los niños son la esperanza que hace renacer a un pueblo!», dijo el pontífice, aplaudiendo la iniciativa del Gobierno de Draghi de crear el «cheque único y universal» que se entregará por cada niño nacido.
Francisco aseguró que «si las familias no están en el centro del presente, no habrá futuro; pero si las familias comienzan, todo volverá a comenzar».
El pontífice constató que «los datos muestran que la mayoría de los jóvenes quieren tener hijos» y que «solo la mitad de los jóvenes cree que podrá tener dos hijos en el transcurso de su vida».
Recordó que Europa «se está convirtiendo en el Viejo continente, no por su gloriosa historia, sino por su avanzada edad» y, como en Italia, «cada año es como si una ciudad de más de doscientos mil habitantes desapareciera».
El papa afirmó que «los dramáticos números de nacimientos y los espantosos de la pandemia exigen un cambio y una responsabilidad».
«¡Cuántas familias en los últimos meses han tenido que trabajar horas extras, repartiendo la casa entre el trabajo y la escuela, con padres que han sido maestros, técnicos informáticos, trabajadores, psicólogos!», dijo Francisco recordando los momentos de confinamiento durante la pandemia.
También citó «los sacrificios que se requieren de los abuelos, verdaderos botes salvavidas para las familias!».
«Para que el futuro sea bueno es necesario, por tanto, cuidar a las familias, especialmente a las jóvenes, que se ven asaltadas por preocupaciones que corren el riesgo de paralizar sus planes de vida», añadió.
Por otra parte, Francisco también defendió la necesidad de la «sostenibilidad» que -dijo- es «la palabra clave para construir un mundo mejor».
«A menudo hablamos de sostenibilidad económica, tecnológica y medioambiental. Pero también tenemos que hablar de sostenibilidad generacional. No podremos alimentar la producción y proteger el medio ambiente si no estamos atentos a las familias y los niños. El crecimiento sostenible viene de aquí», afirmó.
Por su parte, Draghi afirmó en su intervención que «la conciencia de la importancia de tener hijos tiene que ser producto de la mejora de la condición de la mujer, y no contraria a su emancipación. El Estado debe, por tanto, acompañar esta nueva conciencia. Seguir invirtiendo en la mejora de las condiciones de la mujer. Y poner a la sociedad -las mujeres y hombres- en la condición de poder de tener hijos».