El Papa lamenta «los terribles efectos de la colonización»
EFE
El Papa Francisco lamentó este martes «los terribles efectos de la colonización» en su homilía durante la ceremonia que presidió en el lago de Santa Ana, en la provincia de Alberta, en Canadá, un lugar de peregrinación de los fieles católicos del país y espacio sagrado para los pueblos originarios.
Francisco llegó a Canadá el pasado domingo precisamente para pedir perdón a los indígenas, como finalmente hizo el lunes en su primer acto, por los abusos sufridos en los internados organizados para los llamados «procesos de asimilación» y muchos de ellos gestionados por la Iglesia católica.
Hoy acudió a este lago, un lugar sagrado para los indígenas, donde surgió una misión católica y que es lugar de peregrinación para miles de fieles que se bañan en sus aguas como ritual al asegurar que tienen propiedades milagrosas.
«En este lugar bendito, donde reinan la armonía y la paz, te presentamos las disonancias de nuestra historia, los terribles efectos de la colonización, el dolor imborrable de tantas familias, padres, abuelos y niños», dijo Francisco en español.
Y añadió: «Ayúdanos a sanar nuestras heridas. Sabemos que esto requiere esfuerzo, cuidado y hechos concretos de nuestra parte. Pero sabemos también que solos no lo podemos hacer. Nos confiamos a Ti y a la intercesión de tu madre y de tu abuela».
Por ello, pidió a las abuelas, que ayuden a sanar las heridas que se han creado en estos años de marginación.
«Sí, porque las madres y las abuelas ayudan a sanar las heridas del corazón. Durante el drama de la conquista, fue Nuestra Señora de Guadalupe la que transmitió la recta fe a los indígenas, hablando su lengua y vistiendo sus trajes, sin violencia y sin imposiciones».
Aunque Francisco ha asumido el mal que cometieron muchos hombres de Iglesia durante la colonización de América, hoy también destacó el bien que hicieron muchos misioneros.
«Y, poco después, con la llegada de la imprenta, se publicaron las primeras gramáticas y catecismos en lenguas indígenas. ¡Cuánto bien han hecho en este sentido los misioneros auténticamente evangelizadores para preservar en muchas partes del mundo las lenguas y las culturas autóctonas!», aseveró.
«Parte de la herencia dolorosa que estamos afrontando nace de haber impedido a las abuelas indígenas transmitir la fe en su lengua y en su cultura» y consideró que «esta pérdida es ciertamente una tragedia», lamentó.
Con información de Efe.