El Papa a Lula: «Estamos en tiempos de guerra y la paz es muy frágil»
EFE | Foto referencial
El papa Francisco recibió este miércoles 21 de junio en audiencia en el Vaticano al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien avisó de que «estamos en tiempos de guerra y la paz es muy frágil», al término de un encuentro en el que mostraron una gran sintonía y afecto y que concluyó con una palabra de ánimo: «Fuerza».
«Estamos en tiempos de guerra y la paz es muy frágil. Os regalo esto que hacemos en nuestros talleres», explicó el pontífice al mandatario brasileño y la primera dama, Rosângela «Janja» da Silva, al entregarles un bajorrelieve titulado «La paz es una flor frágil».
Francisco y Lula se reunieron a puerta cerrada en un estudio del Aula Pablo VI, cerca de la residencia del pontífice, que acaba de ser operado de una hernia abdominal y que hoy se movía ayudado por un bastón, ya frecuente sobre todo por sus problemas de rodilla.
Al recibir al mandatario brasileño y su esposa, el papa argentino exclamó en español: «¡Qué gusto verlo otra vez!» y dijo en su habitual tono irónico «todavía vivo» al presidente, reelegido el pasado enero tras un vía crucis judicial y político que le llevó incluso a prisión.
Después estrechó la mano de la primera dama, vestida de negro como dicta el protocolo: «Un gusto, señora», le dijo.
Tras la reunión a puerta cerrada, Lula agradeció en Twitter al papa por «la buena conversación sobre la paz en el mundo», ya que una de sus intenciones era abordar la guerra en Ucrania.
Francisco dedicó un «benvindo» (bienvenido, en portugués) a Lula y a su esposa antes de proceder al tradicional intercambio de regalos.
El mandatario regaló al pontífice un grabado de la Sagrada Familia del artista de Pernambuco J.F Borges, mientras que su esposa le obsequió con una estatua de Nuestra Señora de Nazaret de Belém.
Francisco por su parte le entregó su Mensaje de la Paz de 2023, el Documento sobre la Fraternidad Humana, el libro sobre la «Statio Orbis» del 27 marzo 2020, cuando rezó por el final de la pandemia en una plaza de San Pedro desierta.
«Hoy lo firmé para usted», le dijo.
Por último, entregó a la pareja brasileña y a su delegación un rosario y un objeto conmemorativo del décimo año de su pontificado.
Antes de despedirse, Francisco abrazó a Lula, le estrechó la mano y le dedicó una última palabra, «coraggio» (valentía o fuerza, en italiano), mientras levantaba su pulgar.
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