El Mundo: Las mil caras de Alex Saab
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En la Venezuela de la hipérbole, todo es posible, incluso que el último «héroe revolucionario», título que Nicolás Maduro concedió al magnate colombiano Alex Saab, sea también un informante de la DEA.
Así se ha desvelado en la Corte de Miami que sigue el proceso contra el empresario, el hombre de las mil caras que gracias a su cercanía con la ex senadora Piedad Córdoba pasó de ser un pequeño comerciante en su natal Barranquilla a pieza clave del puzzle chavista. Sin él, es imposible entender la administración de Maduro y parte del tablero geopolítico de América Latina.
La noticia cayó como una bomba pesada en el chavismo mientras el entorno de Saab en Caracas intentaba curar la herida. «EEUU miente descaradamente, como con Rusia e Irak. Alex Saab jamás perjudicará a Venezuela, no lo ha hecho ni lo hará», defendió su actual mujer, la modelo italiana Camilla Fabri, quien viajó a Caracas desde Moscú tras la extradición de su marido a Miami en octubre pasado. Su estancia en Venezuela se interpreta como una forma de presión de la revolución para que Saab no testificara en su juicio, que comenzará en octubre.
«Liberaremos a Álex y lo haremos en lealtad», añadió la joven, quien ha participado en la campaña propagandística que el chavismo montó en apoyo a Saab, en la que no faltaron conciertos, protestas, murales, camisetas y programas especiales de televisión, todo ello en entredicho ahora. La última es «Álex Saab somos todos».
La estrategia se extendió a las redes sociales y a África, en un asedio contra la autoridades de Cabo Verde, en la que se compraron voluntades políticas e influencers de distintos países. Las autoridades estadounidenses detectaron incluso un plan militar para liberar a Saab de su presidio.
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