El Mundo de España: Cilia Flores, el poder en la sombra detrás de Maduro
El Mundo de España
El diario español El Mundo realizó un trabajo especial sobre la «Primera Combatiente», Cilia Flores, señalando que ejerce un importante papel detrás de su esposo, Nicolás Maduro. De acuerdo con el periódico, Flores tiene una trayectoria política más larga que la del Jefe de Estado y un fuerte carácter.
Cilia Flores (63) se negó a ser la primera dama de Venezuela. Ella misma exigió, tras asumir Nicolás Maduro (53) la presidencia, que a partir de ese momento se convertiría en la Primera Combatiente Revolucionaria.
Y desde entonces acompaña a su marido en sus gestas bolivarianas y en sus maratones televisivos, en las denuncias de golpes de Estado y de exóticos magnicidios, ya sea dando su visto bueno a sus discursos políticos, bailando salsa en un mitin o aguantando sus muchas bromas. Hace unos días, el «hijo de Chávez» confesó que habían pasado el fin de semana en familia, «empijamados», con sus nietos.
También hizo saber al país que su mujer se había caído montado en bicicleta y se había lesionado un omóplato, lo que la obligaba a llevar el brazo en cabestrillo. Quien se deje llevar por esta imagen familiar de Cilia Flores se equivoca.
El chavismo quiere vender una pareja muy familiar, rodeada de hijos y nietos, en contraste con el líder opositor Henrique Capriles, un soltero de 43 años al que el oficialismo acusa de esconder su «homosexualidad», incluso de no poder tener hijos. Como dice el propio Maduro, «de vivir un drama personal» y de «mandar a matar desde el closet (armario)».
Pero Cilia Flores no es una dulce abuelita que sonríe ante los inventos de su marido. Es un animal político que a lo largo de este año ha reconquistado cuotas de poder en el seno del oficialismo a costa del sector militar liderado por Diosdado Cabello. «Ella tiene un carácter, candela pura», reconoció el propio presidente en una de sus alocuciones. T
an poderosa y tan dura como Claire Underwood en el House of Cards caraqueño, pero con una trayectoria política más larga que la de su propio esposo. «Si la oposición, la derecha fascista, sigue así, nosotros vamos a llegar al año 3.000», resumió en una de las últimas entrevistas.
Cilia Flores tiene una importante experiencia política
La pareja presidencial comenzó a tratarse después del golpe de Estado de Hugo Chávez en 1992. Nicolás ejercía de guardaespaldas del «comandante supremo» y Cilia era una de sus abogadas. «Yo la conocí en esos años de lucha y después ella me empezó a picar el ojo, a hacer ojitos», narró Maduro en julio de 2013, en el día que decidieron legalizar su unión sentimental. «Nosotros estábamos unidos nuestra alma con Dios, en Dios y por Dios, y con nuestra familia, pero decidimos, sabia decisión, pasar eso a la legalidad de nuestra Constitución», destacó el primer mandatario.
Al margen de sus constantes referencias cristianas, la pareja presidencial confesó que son seguidores de Say Baba, un líder espiritual indio, muy polémico. También consultan el oráculo chino I Ching, tal y como ella describió en otra entrevista para la prensa local. Como si en él fueran a encontrar el destino de un país que hoy sufre uno de los peores momentos de su historia. En la oposición venezolana creen que Cilia y Claire se parecen, sobre todo, en que ambas tienen el mismo gusto por el poder.
Si el referéndum revocatorio se retrasara para el año que viene, objetivo evidente por los obstáculos que la revolución está imponiendo en el proceso, «queda en ejercicio de la presidencia quien esté como vicepresidente, que puede ser Aristóbulo Istúriz (el actual) o Cilia Flores», vaticinó Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional.
También el gobernador Capriles ha asegurado en varias ocasiones que quien verdaderamente manda en el Palacio de Miraflores es ella. Familia problemáticaAl igual que los grandes líderes del chavismo, la primera combatiente ha dispuesto de su propio programa de televisión, Con Cilia en Familia.
Y es precisamente esto, su familia, la que más quebraderos de cabeza ha ocasionado a la diputada por Cojedes. El bombazo estalló en noviembre pasado, cuando en una operación de la DEA en Haití dos jóvenes venezolanos fueron detenidos y trasladados a Nueva York. Efraín Campo Flores (29 años) y Franqui Flores (30) esperan hoy la fecha de su juicio en noviembre, acusados de asociación delictiva para importar 800 kilos de cocaína desde Honduras a Estados Unidos.
Son los famosos «narcosobrinos» de Cilia, protagonistas de un escándalo que salpicó al chavismo días antes de las elecciones parlamentarias de diciembre. Un benefactor desconocido está pagando la millonaria cuenta de los abogados que les defienden. «La DEA cometió delito de secuestro», se defiende Flores, acostumbrada a hacerlo desde que fuera acusada de nepotismo en la Asamblea por dar trabajo a una veintena de familiares o tras el polémico cese de su sobrino favorito, Carlos Erick Malpica Flores, quien ejerció como Tesorero de la Nación y administrador de finanzas de Petróleos de Venezuela mientras disfrutaba de una vida de lujos.