«El Monasterio», el libro sobre la anomalía y las tensiones entre dos papas - 800Noticias
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EFE

La renuncia de Benedicto XVI en febrero de 2013 provocó la anomalía sin precedentes con dos pontífices en el Vaticano: tensiones, malentendidos y juegos de poder entre las dos alas enfrentadas de la Iglesia católica, como cuenta el periodista italiano Massimo Franco en su nuevo libro «El Monasterio».

«El Monsterio» (Solferino) reconstruye con entrevistas y confidencias al autor los nueve años «del papado en la sombra» de Benedicto XVI, que han cambiado la Iglesia «creando la percepción de una Iglesia dividida entre dos papas» y cómo «la renuncia de un pontífice será el gran tema que deberá afrontar la Iglesia en los próximos años», explica Franco, analista político del Corriere della Sera, en una entrevista con EFE.

El autor afronta el tema de la renuncia y el pontificado de Francisco pero desde un nuevo punto de vista: como se han vivido estos años desde el monasterio Mater Ecclesiae, la pequeña residencia ubicada en los jardines vaticanos donde vive Joseph Ratzinger XVI con su secretario personal, Georg Gaenswein, y cuatro laicas consagradas.

Un lugar que se ha convertido, «sin quererlo los dos pontífices», asegura Franco, en la sede de la oposición a Santa Marta, el hotel dentro del Vaticano donde estableció su residencia Jorge Bergoglio.

«Al inicio se vivió una especie de copapado, con Francisco que incluso pedía a Benedicto XVI aparecer y hablar en ciertas ocasiones porque cubría una vertiente de su pontificado que faltaba, la de los conservadores o en realidad tradicionalistas. Pero cuando el pontificado de Francisco atravesó dificultades, el monasterio ya no fue un polo de cooperación, sino que primero se convirtió en una especie de obstáculo y después en una forma de contrapoder», explica.

El monasterio Mater Ecclesiae, añade este veterano periodista que ha visitado varias veces al pontífice emérito, «es ahora un símbolo que va más allá de la voluntad de quien reside. Y este es el drama de fondo en la Iglesia, que existe una unidad ficticia detrás de la que se mueven muchas dinámicas».

Entre las fuerzas centrífugas que gravitan en torno al Mater Ecclesiae se encuentra el cardenal Gerhard Mueller, prefecto de la Congregación para la Fe hasta 2017, cuando Francisco lo sustituyó por el jesuita español Luis Ladaria y que en el libro afirma que «el monasterio es el lugar donde se van a curar las personas heridas por Francisco».

De esta manera, el cardenal alemán interpreta el monasterio como la antítesis de Santa Marta, donde se encuentran los amigos del papa argentino que define como «un círculo peligroso de personas que actúan políticamente y no teológicamente» y «teólogos del domingo» que son capaces «de influir y, al mismo tiempo, aislar a Francisco».

En el libro se cuentan los detalles de los varios desencuentros que han resaltado aún más esta anomalía, como en 2019, cuando después de la histórica reunión del papa con las conferencias episcopales para afrontar el tema de los abusos, Benedicto XVI publicó en una revista alemana su visión sobre el tema donde vinculaba estos escándalos a un supuesto colapso moral de las sociedades contemporáneas.

O las más reciente, en enero de 2020, cuando se anunció un nuevo libro firmado por Benedicto XVI -sin referencia alguna a su condición de emérito- y el cardenal Robert Sarah, uno de los principales líderes de la facción conservadora que critica cada movimiento de Francisco.

Para Franco, «todos estos desastres derivan del hecho de que este papado emérito ha durado demasiado. Muller explica que Ratzinger siempre creyó que moriría pocos meses después de su retiro, pero Benedicto ha sido más tiempo emérito, nueve años, que papa reinante, ocho años, y esto ha debilitado las razones oficiales (de debilidad) por las que decía que había dimitido y ha hecho que estallasen las lógicas de poder».

Mientras algunos señalan al histórico secretario de Benedicto XVI como la persona detrás de algunos de estos malentendidos, Franco subraya que Gaenswein es, sin embargo, «el emblema de la continuidad de ambos papados y del acuerdo entre Francisco y Benedicto, pero ha quedado aplastado por las tensiones entre los círculos de poder».

El libro afronta también el riesgo de que siga sin ser regulada la renuncia de un papa, pues «es algo que en perspectiva puede ser desestabilizador para la Iglesia».

«Es la gran laguna que hay que colmar. El gran tema no afrontado en la Iglesia es saber si el gesto de Benedicto será único o el inicio de una praxis. Hay que pensar que un papa pueda dimitir, pero también cómo. Puede ser un papa que elija apartarse o que dimita diciendo que la Iglesia es irreformable», señala Franco.

Y vaticina: «Este será el gran tema de los próximos años y la Iglesia tendrá que afrontarlo».

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