El misterio del cadáver de la filipina congelada en casa de sus empleadores en Kuwait
El País
Joanna Daniela Demafelis tenía 29 años y había llegado a Kuwait procedente de Filipinas. Estaba empleada en una casa, a cargo de las labores domésticas. Su cadáver fue hallado la semana pasada en un congelador en la vivienda en la que trabajaba. Presentaba signos de violencia: tenía costillas rotas y hemorragias internas. Tras la autopsia, los forenses determinaron que había sufrido torturas y abusos sexuales.
Las autoridades están buscando a los empleadores, una pareja formada por un libanés y una siria, que se hallan en paradero desconocido desde 2016. El caso ha tensado las relaciones entre Kuwait y Filipinas, especialmente después de que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, prohibiera el envío de más trabajadores al país del Golfo pérsico.
Las autoridades creen que los empleadores de Demafelis abandonaron la casa y el país en noviembre de 2016, por lo que su cadáver ha podido permanecer en el congelador durante más de un año. El canciller filipino, Alan Peter Cayetano, ha acudido al aeropuerto de Manila a recibir los restos de la joven. Mañana sábado, serán repatriados a su tierra natal desde Iloilo, a unos 400 kilómetros de la capital.
En Manila, la hermana de Demafelis se ha arrojado sobre el ataúd de la joven. Su hermano, Joejet Demafelis, ha tratado de consolarla. «Es una gran pérdida para nosotros. Su sueño, según le había dicho a mi madre, era irse para ayudar a nuestros padres y a nuestro hermano menor», ha dicho el hombre a los periodistas. «Mis padres no pueden aceptar [lo ocurrido]. De vez en cuando, comienzan a llorar», ha añadido. «Espero que puedan encontrar a los culpables».
Unos 250.000 filipinos, la mayoría de ellos empleadas domésticas, trabajan en Kuwait, donde en los últimos años se han reportado frecuentes casos de abusos y malos tratos hacia este colectivo por parte de sus empleadores. Sus derechos no están recogidos por la legislación laboral ordinaria, y los casos de filipinos que son objeto de abuso y explotación en Oriente Próximo se conocen desde hace tiempo.
Tras el hallazgo del cadáver de Demafelis, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, ha arremetido contra Kuwait, alegando que los empleadores árabes violan rutinariamente a sus trabajadoras filipinas, las obligan a trabajar 21 horas al día y les dan de comer restos. Ha acusado a los kuwaitíes de «carecer de valores», ha culpado a su Gobierno de permitir los abusos a las empleadas domésticas y ha prohibido el envío de más trabajadoras a este país. Estas palabras han originado un roce diplomático entre ambos países, ya que las autoridades kuwaitíes han enviado como respuesta un mensaje de protesta.