El miedo y las restricciones disparan la vacunación en Rumania
EFE
En sólo unas semanas, la vacunación se ha multiplicado por seis en Rumania, donde decenas de miles de escépticos acuden ahora a ponerse la primera dosis agobiados por las restricciones y asustados por el reguero de muertos que está dejando a su paso la cuarta ola.
El número de nuevos vacunados ha pasado de rondar los 10.000 a principios de septiembre a superar este jueves los 60.000, según datos oficiales publicados el viernes.
«La gente empieza a aparcar la desconfianza hacia la vacuna y apuesta por la seguridad», dice a Efe Alina Mosoi, portavoz de la Autoridad Nacional de Vacunación, que espera volver a alcanzar las cifras de más de 120.000 vacunados diarios que Rumanía registró en primavera, antes de que se estancara la campaña de inmunización.
Con apenas un 30% de la población vacunada, Rumania es, por delante de Bulgaria, el segundo país con menos inmunizados de la Unión Europea (UE). La tasa de vacunación del conjunto de la UE se acerca al 70%.
MARATONES DE VACUNACIÓN
Las autoridades sanitarias rumanas esperan aprovechar el impulso que ha tomado la inmunización en las últimas semanas con la puesta en marcha este viernes de seis grandes centros en Bucarest en los que se vacunará sin parar hasta el lunes las 24 horas del día.
«En anteriores maratones vacunamos a más de 20.000 personas con sólo dos centros abiertos; esperamos superar con creces esta cifra con los seis centros habilitados», dice Mosoi.
Todos los nuevos vacunados entrevistados por Efe en uno de los centros invocan dos motivos: lo complicado que es llevar una vida normal sin un certificado Covid-19 y el miedo a acabar intubado en una de las ucis desbordadas donde cientos de enfermos de coronavirus mueren cada día en Rumanía.
UNA SITUACIÓN INSOSTENIBLE
«No podía seguir en esta situación», dice tras recibir la vacuna Robert Stoica, de 24 años, en referencia al toque de queda nocturno para no vacunados o la prohibición de entrada en bares y otros establecimientos de ocio sin portar un certificado.
Stoica, que trabaja como administrador de comunidades de vecinos y sigue teniendo miedo a los posibles efectos secundarios de la vacuna, alude también a los problemas que empezaba a tener en el trabajo. «Cada vez me hacían más preguntas y se espera que pronto sea obligatorio estar vacunado para trabajar», cuenta.
«MEJOR VACUNARSE»
A sus 62 años, el agente de seguridad Ionel Nitulescu acaba de recibir una vacuna de dosis única y explica a Efe las razones de su cambio de opinión. «Me daba miedo vacunarme, pero al ver todos los casos que estamos teniendo he pensado que corro más riesgo al no vacunarme», explica Nitulescu.
Rumanía registró el martes pasado 574 muertes de Covid-19 en tan sólo 24 horas, una cifra récord desde el comienzo de la pandemia.
Más de un 40 % de las muertes diarias por Covid-19 registradas en el conjunto de la UE en los últimos días se han producido en Rumanía, cuya tasa de mortalidad es casi diez veces superior a la europea.
HOSPITALES SATURADOS
El aluvión de ingresos provocados por esta cuarta ola ha dejado sin espacio a muchos hospitales rumanos, que se ven obligados a tratar a pacientes graves en los pasillos y han suspendido todas las hospitalizaciones no esenciales para tener camas en las que tratar los casos graves de Covid-19.
La saturación de los hospitales de Rumanía ha obligado al Gobierno a pedir ayuda a la vecina Hungría, donde decenas de enfermos rumanos de Covid-19 han sido traslados en los últimos días para recibir el tratamiento que no puede ofrecérseles en su país.
UNA «CATÁSTROFE» HISTÓRICA
Para evidenciar la magnitud de la tragedia, el portal de noticias G4Media ha comparado los más de 500 registrados el pasado martes con el balance de otros acontecimientos históricos luctuosos de la historia reciente rumana.
«Nueve veces más que en el incendio de la discoteca Colectiv en el que más 64 personas perdieron la vida en 2015, la mitad de los muertos de la revolución anticomunista de 1989 y un tercio de las víctimas del terremoto de 1977», ha escrito el diario digital sobre la «catástrofe humanitaria» que está suponiendo la cuarta ola.