El miedo y Alex Honnold se dan la mano al borde del precipicio en «Free Solo»
EFE
La locura es solo un estado mental, el miedo una emoción a la que no hay que temer y lo imposible se torna en realidad cuando Alex Honnold demuestra en el oscarizado documental «Free Solo», que escalar una montaña es posible sin ayuda y que es sencillo hacerlo parecer cotidiano.
Con la única ayuda de sus manos y sin ningún tipo de protección, lo que mucha gente llamaría algo propio de un loco o, incluso, de un suicida, se aventura a escalar El Capitán, un muro de piedra incrustado en el parque de Yosemite (California).
Ese pionero para unos o chiflado para otros, responde al nombre de Alex Honnold y su gesta arranca 23 años atrás, cuando comenzó a realizar esa técnica conocida en el mundillo como «Free Solo», que da nombre a este documental premiado con un Óscar y que consiste en ascender de la forma más pura posible, es decir, sin salvavidas.
Si cometes un error, se acabó.
«Puedes ver el documental y pensar que es una locura y muy peligroso, pero piensa en alguien que se va de fiesta cada fin de semana y vuelve a casa borracho y conduciendo. Están tomando una serie de riesgos que no eligen. Están jugando a la ruleta cada fin de semana, pero lo ven más normal», explicó Honnold en una charla con periodistas en la que estuvo Efe.
«Muere más gente en accidentes de tráfico que escalando montañas. Ellos no lo piensan. Los riesgos que yo asumo, los elijo», agregó un Honnold al que llevó dos años preparar el asalto al Capitán, una de las montañas con más historia y mitología para los escaladores.
A su alrededor le acompañó un equipo de realizadores, filmando cada paso y cada agarre en la maciza piedra estadounidense. Elizabeth Chai Vasarhelyi y Jimmy Chin fueron los encargados de dar forma al documental y de ver cómo Honnold ponía en riesgo su vida minuto a minuto.
«No hay nadie en el mundo y lo digo estando cien por cien seguro que esté pensando seriamente en subir sin ayudas al Capitán. No es que sea el primero que lo haya hecho, es que es el único que lo ha pensado», explicó Chin, quien además de escalador es amigo de Honnold.
En esa situación de ver a un amigo enfrentar uno de los retos de su historia como si de una apuesta a vida o muerte se tratara, no hubiera sido trastocada por una eventual caída del escalador.
«La película hubiera sido la misma, no es que lo hubiéramos reescrito, haciéndolo parecer más peligroso o lo que fuera. El film siempre ha ido sobre honrar la figura de Alex y esa idea de que la vida es intención, elegir lo que quieres hacer con tu vida. Nunca pensamos que pudiera caer», agregó Chai.
A Honnold le tomó casi cuatro horas conquistar la cima, a través de una ruta previamente estudiada, en la que cada movimiento estaba calculado y en el que el riesgo de caer, según sus propios cálculos, era menor al 1 %.
Aun así, al apreciar su labor en la gran pantalla, no sorprende ver el asombro y el miedo en la gente al observar los tallados paisajes de California a cientos de metros bajo la diminuta figura de Honnold escalando. Hay más miedo en el espectador que en el implicado.
«El miedo es una respuesta física, es tu cuerpo diciéndote algo. Todo el mundo debería experimentar miedo. No es algo malo o bueno, es como tener hambre. Cuando tengo hambre no empiezo a pensar desesperadamente que tengo que comer. Sabes que, aunque tengas hambre, en algún momento comerás. Yo creo que con el miedo ocurre igual», reflexionó Honnold.
«Free Solo» ha sido premiado con el Óscar y el Bafta a mejor documental, pero cuando se pregunta a Honnold sobre la posibilidad de que, como a otros famosos escaladores, se le invite a la Casa Blanca, su respuesta es clara.
«No creo que en la Casa Blanca estén muy interesados en escalar muros», ironizó Honnold con la seguridad de quien ha conquistado la cima de su mundo.