El método de estudio «negro-rojo-verde» para los exámenes

A la hora de ponerse a estudiar, son muchos los métodos que podemos poner en práctica y a cada persona le funciona uno distinto. Hay quienes prefieren repasar la lección en voz alta, también hay quienes necesitan subrayarlo todo de distintos colores o escribir toda la lección a boli sin pausa. No hay estrategias mejores ni peores, lo ideal es encontrar una que te funcione a ti y el método ‘negro-rojo-verde’ es uno de ellos.

Si estás estudiando, te estás preparando para un examen muy importante y sientes que no te ha servido de nada lo que has estudiado hasta ahora porque no has sido capaz de memorizarlo, quizás debas cambiar de método y este puede ser una muy buena opción. Probarlo no cuesta nada, ya que para ello tan solo tendrás que hacerte con tres bolígrafos: rojo, negro y verde.

Estos tres colores podrás utilizarlos también a la hora de resolver el examen para señalar las distintas partes de la pregunta y que no se te olvide responder correctamente a ninguna de ellas, ya que en ocasiones son muy largas y podemos hacernos un lío con el enunciado si no lo señalamos correctamente.

Ponlo en práctica

¿En qué consiste este método? Pues básicamente en subrayar cada parte de los apuntes de un color distinto. No obstante, esta no es una decisión que tomarás de manera aleatoria, sino que cada uno de ellos lo usarás para una cosa diferente y muy concreta.

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El verde lo utilizarás entonces para subrayar cualquier cosa que crear que pueda ser complicada de memorizar o aquellas cosas por las que te pueden preguntar en un examen y fracasar en el intento de responder. Por ejemplo, en verde podrías subrayar desde conceptos más complejos hasta fechas, enumeraciones ordenadas o cualquier otra cosa que sea más complicada de entender.

Por último, con el negro, puedes ir subrayando también cuestiones que no sean tan importantes, pero que te puedan servir como enlace para ir de una idea a otra.