El lado bueno, por Laureano Márquez - 800Noticias
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Redacción.- Este viernes, 1 de enero, el humorista Laureano Márquez publicó su primer artículo del año en Tal Cual Digital que se posicionó como tendencia en Twitter.

En el texto, titulado «El lado bueno», Márquez imaginó que -tras los resultados del 6D- el presidente Nicolás Maduro haya emitido un mensaje de rectificación y reconocimiento a los errores que le llevaron a la derrota al sector oficialista.

Lea, a continuación, el texto íntegro:

Comienza un año duro, difícil para el país luego del proceso electoral  (bueno, primero que todo feliz año -disculpen-, está uno tan acostumbrado a la infelicidad que hasta olvida los modales. Hay que decir siempre «buenos días», aunque uno no se lo crea y cuando te pregunten «¿cómo estás?, hay que responder «bien», aunque sea embuste). Cuando perdemos las elecciones las perdemos y si por primera vez se te ocurre ganar, pues también las pierdes.

El gobierno nos anuncia que las elecciones ahora son fraudulentas, que el sistema electoral más perfecto del planeta tierra ha fallado y coincidencialmente, -¡oh misterios de la vida!- falla justo en el momento en que ellos pierden las elecciones luego de 16 años de hegemonía en el poder. Es que, como ya se ha dicho, esto es Garcia Márquez con Orwell.

Ahora bien, a todo hay que verle el lado bueno. Ustedes se imaginan que Maduro hubiese dicho algo así como: «el resultado electoral muestra que nuestra política económica ha sido un rotundo fracaso y vamos a llamar a un proceso de diálogo para rectificar el rumbo económico» y hubiese hecho cosas como:

– establecer un tipo de cambio que no propicie multimillonarios instantáneos.

– estimular la producción promoviendo precios justos no solo para el que compra, sino también para el que produce.

– controlar la inflación y frenar la corrupción administrativa.

– impulsar un plan de seguridad ciudadana que combata en verdad el crimen, tanto el desorganizado como el organizado.

¿Ustedes se imaginan que se acabe el bachaqueo y que en los supermercados comiencen a aparecer nuevamente cosas como leche, huevos, azúcar y papel higiénico?

¿Ustedes se imaginan que la harina de maíz vuelva a ser como antes, que uno solo compra la que necesita?

¿Ustedes se imaginan policías bien pagados e insobornables, con formación universitaria realizando labores de vigilancia?

¿Ustedes se imaginan una Guardia Nacional en la que el honor sea la divisa?

¿Ustedes se imaginan hospitales públicos con médicos  y equipos de primera?

¿Ustedes se imaginan educación pública de excelencia con docentes que no cobren sueldos miserables?

¿Ustedes se imaginan que la gente comience a salir de noche otra vez sin miedo y que todos volvamos a pararnos en los semáforos en rojo y que nadie se coleé porque no hay colas y que las universidades tengan presupuestos justos y que haya museos y parques seguros y espacios para el arte y la cultura?

¡Qué aburrimiento de país! Seríamos algo horrible como Canadá pero con calorcito todo el año y playas divinas y calenticas… ¡Qué asco! Así como estamos es más emocionante la vida. Somos un país divertido, el más feliz del mundo, siempre en hundimiento, con la emoción de la montaña rusa todo el día: ¿llegaré vivo a mi casa hoy? ¿Con qué nos sorprenderá Nicolás mañana?

¿Tendremos Asamblea el 5 de enero? Vivimos apasionadamente, como si el mundo se acabara cada día y comenzara al día siguiente, para aquellos que tengamos esa suerte. Es fabuloso, esto un suizo no lo entenderá jamás, pobre gente, me da una lástima. Los suizos se suicidan. Nosotros, sin embargo, valoramos la vida, justamente porque aquí no tienen ningún valor, porque un artista sugiere en cadena darle «pepazos» al que se rebele y el conductor del show, como la divina Eulalia, ríe, ríe, ríe.

De todas maneras, Rosa, mi admiración y  cariño por aquellos que siguen soñando un país de justicia y bondad, de leyes y respeto, de decencia y dignidad. Quiera Dios que algún día podamos construir un país aburrido en el que para conseguir un huevo no haya que ponerlo y en el que uno se muera de viejo en un hospital de primera.

Feliz año 2016 y me perdonan el optimismo.

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