El futuro del universo: ¿Qué dice la ciencia?
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“El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será. Nuestras más ligeras contemplaciones del cosmos nos hacen estremecer. Sentimos un leve cosquilleo que nos llena de nervios; una voz muda, una ligera sensación de un recuerdo lejano, o, incluso, como si cayésemos desde una gran altura. Sabemos que nos aproximamos al más grande de los misterios”.
La ausencia de certezas es el motor de nuestra insaciable curiosidad
Los astrofísicos han conseguido describir con una precisión asombrosa qué les sucede a ambos objetos en el momento en el que las leyes de la física desencadenan su inevitable ocaso. La vida de una estrella está condicionada por su composición inicial, y, sobre todo, por su masa. Por la cantidad de materia que consigue acumular mediante contracción gravitacional.
Las más masivas consumen su combustible muy rápido. Y cuando este se agota el equilibrio hidrostático que hasta ese momento mantenía a raya tanto la presión de radiación y de los gases, que tira de la estrella hacia fuera intentando que se expanda, como la contracción gravitacional, que tira de la estrella hacia su interior intentando comprimirla, se pierde.
La vida de una estrella está condicionada por su composición inicial, y, sobre todo, por su masa.
Cuando llega este momento la estrella vierte en el medio que la rodea buena parte de la materia que la constituye. Algunas, las más masivas, afrontan este instante desencadenando una supernova, mientras que otras, las más ‘livianas’, como nuestro Sol, expulsan sus capas más externas al medio estelar para dar lugar a la formación de una nube de gas conocida como nebulosa planetaria en cuyo centro residirá lo que queda de la estrella: una enana blanca.
Si la estrella inicialmente pudo condensar una gran cantidad de materia y la enana blanca en la que degenera cuando agota su combustible tiene una masa superior a 1,44 masas solares (este valor se conoce como límite de Chandrasekhar) se transformará en una estrella de neutrones. Y si esta última tiene una masa superior a 2,17 masas solares (este valor se conoce como límite de Tolman-Oppenheimer-Volkoff) colapsará para dar lugar a una estrella de quarks o un agujero negro.
En cualquier caso, los astrofísicos sospechan que en el universo nada es inmutable. Ni siquiera los agujeros negros. Estos objetos cósmicos tan apasionantes emiten partículas de muy baja energía y una enorme longitud de onda (de hecho es similar al tamaño del propio agujero negro). Las únicas partículas que consiguen escapar a su confinamiento gravitatorio son los fotones de muy baja energía.
Curiosamente, su emisión es muy lenta, y esto provoca que la pérdida de masa y energía rotacional del agujero negro también lo sea. Esta forma de radiación se conoce como radiación de Hawking debido a que el físico que describió este mecanismo fue, precisamente, el ya fallecido Stephen Hawking.
Con información de Xataka
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