El fracasado intento de liberar a Lula caldea el clima electoral en Brasil
EFE
El fracasado intento del Partido de los Trabajadores (PT) por excarcelar a Luiz Inacio Lula da Silva caldeó el clima de cara a las elecciones de octubre en Brasil, para las que el exmandatario preso insiste en presentar su candidatura.
El PT, a través de un grupo de diputados, intentó valerse este domingo de un juez de guardia para sacar a Lula de la cárcel de la Policía Federal en que está recluido desde el pasado 7 de abril, condenado por corrupción a doce años.
El juez Rogério Favreto, a cargo durante el fin de semana del Tribunal Regional de la Cuarta Región (TRF-4), aceptó un «habeas corpus» del PT en favor de Lula y determinó su «inmediata» excarcelación.
Esa misma corte, en una decisión colegiada, condenó en enero a Lula y, tras negar las apelaciones que cabían en ese ámbito, ordenó su ingreso en prisión.
El peso electoral de la maniobra intentada por el PT surgió en la propia justificación usada por Favreto para aceptar el recurso, la cual se limitó a un «hecho nuevo», que identificó en la condición de precandidato presidencial de Lula, pese a que había sido anunciada a principios de este año, incluso antes de su condena.
La decisión de Favreto fue cuestionada por el juez Sergio Moro, quien condenó a Lula en primera instancia, y luego anulada por el magistrado João Gebran Neto, instructor de la causa en el TRF-4.
Aún así, Favreto insistió y dictó un segundo auto ordenando la excarcelación y emplazó a la Policía Federal a cumplirlo el mismo domingo.
Las autoridades policiales, frente al conflicto, decidieron esperar a que el propio Poder Judicial resolviera el asunto, zanjado finalmente por el presidente del tribunal TRF-4, Carlos Thompson Flores.
Tras casi diez horas de embate, Thompson Flores consideró que, ante el «conflicto de competencias», valía la decisión de Gebran Neto, que el PT puso hoy en tela de juicio, porque en su opinión se debía haber acatado la primera sentencia en favor de Lula.
El PT también insistió en que inscribirá a su fundador y líder como candidato presidencial el próximo 15 de agosto, a pesar de que las normas electorales dicen que un condenado en segunda instancia, como es su caso, no puede postular a un cargo electivo.
«Lula estaba prácticamente en la puerta» de la cárcel y una «conjura» de la Policía y la Justicia le impidió salir, dijo la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, quien insistió en que se intenta impedir que sea candidato.
Hasta ahora, y sin contar a Lula por su situación judicial, los sondeos los lidera el ultraderechista Jair Bolsonaro (17 %), seguido por la ecologista Marina Silva (13 %), el laborista Ciro Gomes, con un 8 % y el socialdemócrata Geraldo Alckmin (6 %).
Sin embargo, cuando Lula es incluido, las encuestas la atribuyen un 30 % de intención de voto, algo que el PT esgrime junto con su supuesta «inocencia» para intentar justificar su liberación.
Esta última tentativa de sacarlo de la cárcel sacudió el clima electoral y varios de los aspirantes a la Presidencia defendieron la «firmeza» de la justicia para impedir una posible «maniobra».
Quien lo dijo más claro fue Bolsonaro, quien recordó que el juez que concedió durante su guardia de domingo el recurso luego negado militó durante casi dos décadas en el PT y ocupó influyentes cargos durante el Gobierno de Lula.
«Peor que la corrupción, es la ideología» de los jueces, declaró Bolsonaro, en tanto que Marina Silva preguntó cómo un «magistrado de fin de semana» podía provocar «tales turbulencias políticas».
Alckmin sugirió que el juez que intentó liberar a Lula «hacía el juego de los enemigos de la democracia» y Ciro Gomes, pese a estar en el ámbito de una izquierda que defiende la inocencia del líder del PT , afirmó que «asusta ver a magistrados que actúan de una forma en que se pone en duda su imparcialidad».
Para muchos analistas, el rifirrafe judicial de este domingo ha sido apenas una muestra de lo que puede ser una campaña electoral que puede jugarse más en los tribunales que en la propia política.
De hecho, la defensa de Lula aún confía en que, durante agosto próximo, la Corte Suprema juzgue un recurso similar al que aceptó este fin de semana el juez Favreto, aunque el máximo tribunal, que está de receso este mes, aún no lo ha incluido en su agenda.