El filme chileno «El Príncipe» premiado en Venecia como mejor obra gay
efe
La película «El Príncipe», del realizador chileno Sebastián Muñoz y protagonizada por Alfredo Castro, recibió este jueves el «Queer Lion Award», premio colateral de la Mostra de Venecia, por su modo de abordar la temática homosexual.
La cinta, presentada en la 34 Semana Internacional de la Crítica, paralela al certamen veneciano, ha sido distinguida con este reconocimiento, que alcanza este año su decimotercera edición.
El comité del premio reconoce, según un comunicado, el «excelente reparto capaz de ofrecer interpretaciones emocionantes partiendo de la potencia del guión».
«La película transmite la paradójica aceptación de las relaciones gais en prisión, en un periodo en el que no eran socialmente aceptadas», agrega.
El debut en la dirección de Sebastián Muñoz es, para los organizadores, una exploración audaz y de una fuerte carga erótica de una historia reciente que revela una inesperada ternura.
Basada en un libro de Mario Cruz y ambientada en el Chile de 1970, justo antes del ascenso al poder de Salvador Allende, «El Príncipe» narra la historia de un veinteañero (Juan Carlos Maldonado) que una noche mata a su mejor amigo en lo que parece un crimen pasional.
Con su ingreso en una sórdida prisión, entra en contacto con un grupo de reclusos homosexuales liderado por «El Potro» (Castro), un hombre maduro y respetado con el que empieza a conocer el amor, la lealtad y una protección de la que no disfrutó en libertad.
El día de su estreno, el director explicó a Efe en Venecia que su película nace de ese libro y de su interés en dar otro punto de vista sobre la capacidad de amar de los hombres.
«Me pareció demasiado atractiva la relación del mundo de los hombres dentro de la cárcel y cómo las relaciones humanas se entrecruzan porque, al estar encerrados, buscan el afecto más allá del género. Es una mirada no sobre la homosexualidad, sino sobre la necesidad de amar y de afecto de los hombres», sostuvo.
Con esta aplaudida historia, Muñoz pretende conquistar la Semana Internacional de la Crítica, un certamen independiente y paralelo a la 76 Mostra del Cine de Venecia.