El expresidente Musharraf abandona Pakistán pero promete volver para encarar sus juicios
AFP
El exdirigente militar paquistaní Pervez Musharraf, inculpado por alta traición, abandonó el viernes por la mañana el país por cuestiones médicas pero prometió volver para encarar sus juicios.
El septuagenario general, en el poder en Pakistán desde su golpe de Estado a finales de 1999 hasta su dimisión a mediados de 2008, tenía prohibido desde 2013 abandonar el territorio.
El Tribunal Supremo paquistaní anuló esta prohibición el miércoles.
Menos de 48 horas después, Musharraf embarcó en un vuelo de la compañía Emirates con destino a Dubái que salió del aeropuerto de Karachi a las 03H55 (22H55 GMT).
«Fue la última persona en embarcar en el avión, después la puerta se cerró», precisó una fuente aeroportuaria, según la cual el exdirigente parecía «relajado».
Una vez llegado a los Emiratos, el general se dirigió a su residencia en Dubái, según un portavoz de su partido en Karachi.
Sus abogados afirman que necesita cuidados urgentes de la columna vertebral que no existen en Pakistán.
Musharraf se encuentra desde hace años en el punto de mira de la justicia por cuatro casos que remontan a 2007, entre ellos su presunto papel en el asesinato de su rival política Benazir Bhutto y la imposición del estado de emergencia por el que se le acusa de «alta traición».
«Amo mi patria»
«Viajo al extranjero para unos cuidados [médicos] pero volveré para encarar los casos que me conciernen», dijo Musharraf, citado por un portavoz de su partido en Karachi. «Amo mi patria», afirmó.
«De seis a ocho semanas son necesarias para el tratamiento y luego debería regresar a casa», explicó Amjad Malik, un portavoz del partido en Dubái.
La salida del país del general recibió la aprobación del gobierno, precisó el jueves por la noche el ministro del Interior, Chaudhry Nisar.
Sus abogados garantizaron al gobierno que regresará al país dentro de seis semanas para presentarse ante la justicia, aseguró Nisar.
Sin embargo el analista Hasan Askari se muestra escéptico sobre la vuelta del expresidente. Las posibilidades de que Musharraf vuelva son «mínimas», estimó.
Según él, el gobierno ha cedido a las presiones de los militares y políticos y ha aceptado «dejar irse [al general] para neutralizar el conflicto».
«Las posibilidades de que vuelva son mínimas y será mejor si no lo hace porque sería una fuente de problemas para el gobierno y de malestar para el ejército», concluyó.
El actual gobierno paquistaní está dirigido por Nawaz Sharif, que Musharraf había revocado en 1999 en un golpe de Estado.
Presionado para que dimitiera en 2008, pasó cinco años en el exilio en Dubái antes de volver en 2013 a Pakistán para presentarse en las elecciones. Sus ambiciones políticas se vieron sin embargo truncadas por las múltiples acusaciones.
El pasado enero, fue absuelto del asesinato en 2006 del jefe rebelde Nawab Akbar Bugtien, durante una operación militar en la provincia de Baluchistán (suroeste), rica en recursos naturales.
Pero Musharraf sigue implicado en otros cuatro casos, todos de 2007. Está acusado de «alta traición» por haber impuesto el estado de emergencia en 2007 cuando estaba en el poder.
También se tiene que determinar su papel en el asesinato de su rival Benazir Bhutto. Está igualmente inculpado por despedir de forma ilegal a magistrados y por el mortífero asalto del ejército contra los islamistas atrincherados en la Mezquita Roja de Islamabad.